Hace tiempo escribí en un post cuál era el problema con mi perra (un cruce de podenco de unos 3-4 años que adoptamos en septiembre). El problema era (y es) su gran instinto cazador. A algunos os parecerá que eso no es un problema, sino una ventaja….pero no lo es. En primer lugar, porque no nos gusta la caza, pero bueno, aunque nos gustara sería un problema, porque cuando siente un bicho es imposible controlarla. Claro, si la llevamos siempre atada, nos quitamos el problema, pero es una perra joven y la verdad es que se me cae el alma a los pies pensando que voy a tener que llevarla atada toda su vida….

Bueno, el caso es que pedimos ayuda a un adiestrador y le insistí en lo que quería conseguir, siendo realista y siempre viendo la opción de que a lo mejor eso que quería conseguir no era posible: que obedezca aunque haya un animal al que cazar. Que venga cuando la llamo aunque haya un pájaro volando al lado o huela un conejo. Que no salga disparada cruzando la calle porque ha visto un gato en la otra acera. Soy consciente de que a lo mejor en su vida anterior a la protectora, fue de algún cazador y que ha crecido cazando. Por eso desde el principio le preguntaba si de verdad estaba pidiendo algo imposible de conseguir.
El adiestrador, todo optimismo, me dijo que sí era posible, claro, con su método infalible. Bueno, pues todo iba muy bien: el sienta, el tumba, el junto, el ven, el aquí…
Y yo que veía que iban pasando las sesiones, le iba preguntando….y él: sí, sí, tranquila, no seas impaciente. Pues el adiestramiento ha terminado ya y sigo sin poder fiarme de soltarla. Ya no digo en el campo, que por ahí puede haber de todo. Es que ni siquiera en el parque de debajo de mi casa, porque pájaros hay en todos los sitios y es que cuando está en plan caza NO OYE.
El adiestrador, lógicamente, nos ha echado la culpa a nosotros: lo que al principio hacíamos genial, de repente ya no lo hacemos y lo hemos estropeado….No me voy a poner a valorar eso, aunque sé que hemos hecho todo lo que nos ha aconsejado y hemos puesto todo nuestro esfuerzo en hacerlo bien. Hubiera preferido más sinceridad por su parte desde el principio: mira, si lo que quiero conseguir no es posible, no lo es….Solo dímelo y me quito la ilusión de la cabeza, pero todo vale por conseguir un cliente?
Me parece que es el primer caso así con el que se ha topado y yo creo que dependiendo del perro y del problema, tendría que hacer un adiestramiento u otro, no sé, adaptar su método a cada perro. No es lo mismo un cachorro que un adulto, un perro adoptado que uno que ha estado siempre en una casa, un perro agresivo que uno dócil….Mi problema era uno muy concreto y ha aplicado un adiestramiento estándar, que le habrá servido con muchos perros, pero claramente con mi perra no.
No puedo decir que el adiestramiento no haya servido para nada, pero de qué me sirve que sepa venir y sentarse a mi lado cuando le digo “aquí!” si no lo hace cuando de verdad me interesa?
El siguiente paso en nuestra lucha va a ser el collar eléctrico (aconsejado también por el adiestrador)….. En un principio no quería, pero viendo que no queda otra…..por lo menos poder sacarla de su estado cuando sale disparada, si puede ser solo con la vibración, pues mejor, pero si no, pues usaremos las descargas, aunque no quiero….
