Pues puestos a recordar historietas humillantes en pijama, imaginaos:
- Un gato con un abceso terrible detrás de la oreja.
- Un domingo, a las diez de la mañana, desesperado de dolor, el gato se pone a rascarse como un loco hasta que se revienta el abceso: surtidor de mierda que salta hasta el techo; gato histérico que se pone a correr por toda la casa dejando un rastro glorioso a su paso; gato TAN histérico que se escapa por la ventana, al jardín, ¡y a la calle!.
- Montse en pijama de rayas y bata roja con un reno en la espalda corriendo a la calle detrás del gato para atraparlo y limpiarle la mierda (y llevarlo al veterinario, claro).
- Montse por fin atrapa al gato, y se pone a gritar como una desesperada desde la calle "¡¡¡Chiquiiiiiiii!!!" para que por favor Chiqui aparte a los perros de la puerta y poder meter al minino furibundo sin perder un ojo (o los dos).
- Chiqui que no oye los gritos desesperados.
- Se abre la puerta del vecino de enfrente, y sale el vecino en cuestión: un anciano amabilísimo y educadísimo, ex militar, que, en tan interesante situación, y pensando que Montse está aburrida, se empeña en darle conversación ("¿este gato es tuyo? mi hija también tiene gatos, pero le da miedo que salgan a la calle...") mientras Montse intenta sujetar a un gato que suelta pus como una fuente mientras se retuerce como un demonio.
- Finalmente, Chiqui aparece, aparta a los perros, y Montse, con su minino del exorcista en los brazos y cubierta de una sustancia inidentificable, se mete en casa caminando marcha atrás mientras intenta sonreír al vecino sin perder la compostura.

"Si a tu perro no le gusta una persona, probablemente a ti tampoco debería gustarte."