
Algunos ya sabéis que Boxer tuvo hace poco una nueva crisis de panosteítis, ES-PAN-TO-SA, diez días de auténtico tormento para el pobre animal: no podía moverse, ni siquiera se podía tumbar para dormir, se pasó 48 horas de pie hasta que, al final, se derrumbó literalmente de puro agotamiento...
Bueno, pues antes de recuperarse del todo de esa, empezó con otra. Lo tenemos hecho polvo otra vez: fiebre, rigidez, dolor.... Parece un ancianito, el pobre. Y eso que esta por lo menos no está siendo tan mala como la anterior, al menos por el momento. Por lo menos puede tumbarse y dormir, y come, que en la anterior no quería ni comer.
Para que os hagáis una idea del estado en el que se quedó en la crisis anterior (la foto es muy mala, porque la hizo mi sobrino con el móvil, pero se ve lo flaco que se quedó):

Y lo malo es que la veterinaria dice que, por el ritmo de crecimiento que lleva, seguramente seguirá teniendo crisis hasta los dos años. Sólo espero que no sean muchas, y que no sean tan espantosas como la última.

Además, es que el pobre bicho es lo más bueno del mundo. No rechista ni cuando le damos la medicación, ni cuando le manipulamos, nada. Y, en cuanto te ve, se pone a mover el rabito: lo mueve sin parar cada vez que te acercas a él, a pesar de estar cocidito de fiebre y agarrotado por el dolor
