La idea consiste en que un técnico o empleado municipal entregará personalmente el excremento de la mascota a la persona que no la recoja de la vía pública.
Los servicios técnicos municipales han estudiado el problema y la manera como deben actuar.
Así, han descartado llamar la atención al incívico en el justo momento en que su mascota acaba de defecar, porque la respuesta del propietario cuando recibe la advertencia de la autoridad es siempre la misma: “Ahora la iba a recoger”.
Por lo tanto los inspectores observarán como se comete la infracción y esperarán a que el propietario del perro se aleje lo suficiente como para que no haya duda que la intención era de abandonar la caca sin recogerla.
Será entonces cuando el técnico recoja el excremento y seguirá al incívico hasta entregarle la caca personalmente y recordarle que ha cometido un acto de incivismo muy molesto.
Los técnicos valoran si hacerle la desagradable entrega en el momento, o bien, citar al infractor (en el caso de que lo conozcan) en el edificio consistorial y allá devolverle el excremento de su mascota.
Esta fórmula se aplica después del éxito logrado por el mismo ayuntamiento de Granollers con los vecinos que dejaban la bolsa de la basura fuera de los contenedores.
Fuente: http://www.20minutos.es
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