El peluchito Kenzo necesita salir de la perrera ya. Su carácter sumiso le juega muy malas pasadas. Este pobre angelito no sabe imponerse, los demás machitos le agreden. El sólo sabe llorar e irse a un rincón del chenil, hasta los más pequeños le pueden. Y es que es tan bueno y tan ingenuo que no tiene voluntad ni para defenderse. Pedimos un poco de compasión para este animalito, todo blanquito con las orejias grises. Necesita confiar y creer que no siempre va a ser agredido.