Es tan cariñosa que jugaba con el perro de esta señora y con sus hijos. Ellos, a pesar de no poder acogerla, la cuidaban lo máximo que podían e, incluso le pusieron un nombre: Nala.
Pero no podía seguir en la calle y contactaron con Apadat. Mireya la acogió en su casa, a la espera de un hogar definitivo.
Es muy tranquila y tímida, hasta que te conoce, entonces descubres su otro "yo" jugetón y social, aunque está en pleno proceso de superación de sus miedos, algo lógico en estos perros que han sido abandonados.
Respecto a su tamaño es grande, pesa unos 30kgs, y tendrá un año y medio. Como ya hemos dicho es sociable con otros perros e, incluso con gatos, aunque como es tan grandota, quiere jugar y se pone un poco nerviosa, pero cada día va limando sus modales con los más pequeños.
Moka es, en definitiva una perrita en busca de una segunda oportunidad para entregarse en cuerpo y alma a alguien que la quiera.
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