Por cierto, ya pasó la boda, su primer día sin nosotros, y según mis suegros (y no por contradecir a Natalia), Kiara se ha portado genial, hizo caso en todo, no lió ninguna, la pudieron soltar sin miedo y demás, la única pega que me ponen es que la vieron triste, que no corría ni jugaba tanto como siempre y que no quiso comer. Cuando llegamos nosotros, comió como una lima. Pobrecita ella.
La nueva incorporación todo lo contrario, un trasto, mordía todo, no paraba de jugar y saltar... un trasto en toda regla. Ah, y es una máquina de pises y cacas, estoy deseando poder sacarla ya a la calle.
P.D. Por cierto Natalia, antes de que me digas nada... imagino que puedes argumentar con tu teoría lo que le pasaba a Kiara, ahora bien... no quier leerlo!!! prefiero ser más feliz en mi posible ignorancia!!!
