Vamos que si me pasa... Yo lo llevo siempre en la mente cuando no estoy con él, preguntas constantes como: ¿estará bien?, ¿habrá comido poco?, ¿lo habrá sacado a pasear?, ¿cómo se habrá portado? Mira que si en el paseo le ha ocurrido algo... ¿Estará inquieto? ¿Me echará de menos? ¿Le habrá llenado su cacharrito de agua limpia y fresca? ¿Le habrá comprado el pienso? ¿Se habrá acordado de darle esto, o lo otro...? ¿Y si se me pone malito y yo no estoy? ¿Y si, y si, y si...?'' Y un largo etcétera que rondan por mi cabeza y no me dejan tranquila hasta que no lo vuelvo a ver.
Mi Dady se queda en casa con mi hermano cuando yo no puedo hacerme cargo de él (es el único con el que puedo contar para esto, y él lo hace de mil amores, es su única compañía en momentos así), por lo que el cambio de casa no lo sufre, ni siquiera de familia, extraña sólo a las personas que le faltan en su hogar.
En mi último ingreso estuvo solo con mi hermano 8 días hasta que me dieron el alta, y se portó de lujo, no tuve ninguna queja con él.
La vez anterior fue demasiado catastrófica y estuve separada de él casi mes y medio, y sí, en esta ocasión (la primera vez que lo dejé), se volvió loco. Mi hermano decía que no hacía carrera con él, no hacía caso a nada, ladraba, gruñía, se subía al sofá, cogía la ropa... Yo que conocía a mi perro me creía que no estábamos hablando del mismo. La primera semana dice que estaba insoportable, era pura rebeldía, todos los días llegaba diciéndome lo diablo que se había vuelto. Después, digamos que fue asimilando que lo dejé... Entonces comenzó a comportarse con más normalidad. Sólo de imaginarme que él pensaba que lo había abandonado se me caía el alma a los pies. Me buscaba cuando mi hermano llevaba ropa mía y se desconcertaba cuando no me encontraba...
No había día en el hospital que no pensase en él (y a día de hoy me ocurre lo mismo, no lo puedo evitar), y como no sabía cuándo iba a salir le rogaba a mi hermano que le hiciera vídeos para no perderme su crecimiento (sólo tenía 7 meses...). No lloré ná porque me estaba perdiendo su adolescencia. Yo que estaba loca por ver cuándo le bajaban los huevecillos... Y me lo perdí. Todavía conservo el vídeo en el que mi hermano me enseña los huevos recién bajaditos de mi niño

. Veía el mismo vídeo mil veces.
Y mejor no empiezo a recordar el reencuentro porque lloraré como una magdalena

.
Pero ahora parece que se ha acostumbrado a que mami en ciertos momentos lo tendrá que dejar solo con su ''tío'', el Titi, como lo llamamos

, y por lo menos la última vez no lo ha llevado nada, nada mal, se ha comportado como un verdadero campeón, y a mí se me hincha el pecho de puro orgullo.