Buff, poder podria, otra cosa sería el caso que le hicieran . . .maximo30 escribió:A mi todo esto me sigue pareciendo muy surrealista
Gigi, yo me pregunto una cosa, si este muchacho pusiese una cámara de seguridad, y grabase come entra en su propiedad, no podría denunciarlo como acoso de su intimidad?
Manipulación de mis perros para invadir mi intimidad
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción
Te entiendo, la justicia no esta como para perder el tiempo en tonterias y con perdón de creador del post, que para el, ni creo que para ninguno sera plato de buen gusto tener un personaje así de vecino. Pero al fin y al cabo hay cosas mas importantes.Gigi escribió:Buff, poder podria, otra cosa sería el caso que le hicieran . . .maximo30 escribió:A mi todo esto me sigue pareciendo muy surrealista
Gigi, yo me pregunto una cosa, si este muchacho pusiese una cámara de seguridad, y grabase come entra en su propiedad, no podría denunciarlo como acoso de su intimidad?
Me repito, me sigue pareciendo surrealista, yo la verdad no se como reaccionaria, pero mal seguro
Si quieres sentirte vació de verdad , caga con hambre
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Máximo30: no te preocupes, comprendo lo que quieres decir.
Yo no tengo asegurado que el tío se paseaba por la noche por dentro del corral y la huerta, pero si hace la maniobra de la apertura de la puerta y fuga a plena luz del día, será por algo, así que deduzco que con hábitos nocturnos, habrá hecho lo mismo pero hasta dentro.
NuriaBogart... no es un tío simpático. En absoluto. Este tío es un jeta, y nada más. No está solo. Cuando viene los fines de semana, le acompaña su mujer (que por situaciones parecidas con otras personas del pueblo, parece que o no se entera o no se quiere enterar). Ya os digo que no sé con exactitud que pretende, pero puedo hacer mis cábalas.
Por otra parte, lo que menos me interesa es dejar que él nos controle (excepto por lo de cerrar la puerta, que está claro que si es la manera más rápida de pararle los pies, pues ya está hecho), porque entre otras cuestiones supongo que será lo que busca. Hoy he estado pendiente de su maniobra de los viernes, pero no ha salido a la calle y al cabo de una hora, he dejado de mirar. Como la puerta está cerrada, ya el resto del finde no voy a estar pendiente. Lo que haré el próximo día, será esperarle con la puerta sin cerrar (se sigue acercando a comprobarlo cuando llega, excepto hoy) agazapado tras el muro. Cuando vea que la puerta se abre (si no le han ladrado antes los perros), saldré y ya será cuando intercambie con él unas cuantas palabras, no amenazantes, pero muy, muy secas. De esa manera espero que se le quiten las ganas de seguir con la tontería.
Y seguir trabajando con los perros, para que pierdan su confianza en él.
Yo no tengo asegurado que el tío se paseaba por la noche por dentro del corral y la huerta, pero si hace la maniobra de la apertura de la puerta y fuga a plena luz del día, será por algo, así que deduzco que con hábitos nocturnos, habrá hecho lo mismo pero hasta dentro.
NuriaBogart... no es un tío simpático. En absoluto. Este tío es un jeta, y nada más. No está solo. Cuando viene los fines de semana, le acompaña su mujer (que por situaciones parecidas con otras personas del pueblo, parece que o no se entera o no se quiere enterar). Ya os digo que no sé con exactitud que pretende, pero puedo hacer mis cábalas.
Por otra parte, lo que menos me interesa es dejar que él nos controle (excepto por lo de cerrar la puerta, que está claro que si es la manera más rápida de pararle los pies, pues ya está hecho), porque entre otras cuestiones supongo que será lo que busca. Hoy he estado pendiente de su maniobra de los viernes, pero no ha salido a la calle y al cabo de una hora, he dejado de mirar. Como la puerta está cerrada, ya el resto del finde no voy a estar pendiente. Lo que haré el próximo día, será esperarle con la puerta sin cerrar (se sigue acercando a comprobarlo cuando llega, excepto hoy) agazapado tras el muro. Cuando vea que la puerta se abre (si no le han ladrado antes los perros), saldré y ya será cuando intercambie con él unas cuantas palabras, no amenazantes, pero muy, muy secas. De esa manera espero que se le quiten las ganas de seguir con la tontería.
Y seguir trabajando con los perros, para que pierdan su confianza en él.
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Os cuelgo el tocho informativo de hoy, con las novedades. Bueno, estos dos fines de semana anteriores no ha habido muchas novedades. El pollo este debe de llegar, comer y echarse la siesta, así que no le he visto merodeando por aquí, aparte de que ya no puede abrir la puerta porque la cierro.
Pero en cambio mi mujer salió el otro día con la perra, que se le marchó, y esta se fue por la calle abajo para ladrar a algún perro de los que deambulan por estos pagos sueltos todo el día (el que tiene perros, los tiene sueltos en la calle), y resulta que el elemento este salió por la puerta de abajo de la calle, y llamó a la perra, pero esta no le hizo ni caso, al contrario, le ladró dos veces y volvió con mi mujer que ya la había llamado. Veo que sigue avanzando la cuestión.
Por otra parte, el anterior fin de semana, me dirigía a dar un paseo con los perros y cuando salí a la calle y les estaba atando, apareció el payaso este, como por arte de magia, o más bien, como si estuviera a la espectativa, y se puso a soltarme una retahila de chorradas típicas del buen vecino, como las de hola qué tal, y demás. Yo a eso seguí con lo mío (eso sí, le repondí al saludo) y ya salí a la calle. Cerré la puerta —que lo vió perfectamente— y mientras él se iba acercando hacia mí, yo seguí a mi bola, me iba con los perros para el monte. Yo que apesar de estar hasta los mismisimos de este sinverguenza, soy una persona educada, me detuve un momento y le dije alguna cosa, relacionada con el tiempo o algo de eso, pero muy frío, especialmente porque él seguía acercándose y yo no estoy por la labor de que se vuelva a acercar a los perros. Estos no le hicieron ni caso, pero al final, opté por girarme y seguir a lo mío. Así que se le quedo una cara de pasmo que me sorprendió bastante. Me marché y ahí quedo la cosa.
Por la noche coincidimos con él en un bar de una localidad cercana, y él, un jeta de dimensiones considerables, que como os he contado se ha aprovechado de la empatía de personas que son capaces de desarrollarla y hacer gala de ella, se hizo el distante en público conmigo, se convirtió automáticamente en víctima, como diciendo, yo soy muy duro, cosa que por otra parte no es que yo no agradeciera, porque me importa un bledo este elemento, sino que además me proporcionó una satisfacción extra, porque veo que todo alrededor va por donde yo lo quería conducir. Para más información, ya he comentado con algunos de mis amigos del entorno inmediato los hechos, y no solo se han quedado sorprendidos (eso sí, sin decir aun quien es), sino que me han mostrado su apoyo y el asco que les da el comportamiento de esta persona. Bueno, esto va como decía por donde yo quería. Ahora os cuento otra película nueva, porque estamos rodeados de psicópatas y gente retorcida. Pero eso da para otro mensaje.
Pero en cambio mi mujer salió el otro día con la perra, que se le marchó, y esta se fue por la calle abajo para ladrar a algún perro de los que deambulan por estos pagos sueltos todo el día (el que tiene perros, los tiene sueltos en la calle), y resulta que el elemento este salió por la puerta de abajo de la calle, y llamó a la perra, pero esta no le hizo ni caso, al contrario, le ladró dos veces y volvió con mi mujer que ya la había llamado. Veo que sigue avanzando la cuestión.
Por otra parte, el anterior fin de semana, me dirigía a dar un paseo con los perros y cuando salí a la calle y les estaba atando, apareció el payaso este, como por arte de magia, o más bien, como si estuviera a la espectativa, y se puso a soltarme una retahila de chorradas típicas del buen vecino, como las de hola qué tal, y demás. Yo a eso seguí con lo mío (eso sí, le repondí al saludo) y ya salí a la calle. Cerré la puerta —que lo vió perfectamente— y mientras él se iba acercando hacia mí, yo seguí a mi bola, me iba con los perros para el monte. Yo que apesar de estar hasta los mismisimos de este sinverguenza, soy una persona educada, me detuve un momento y le dije alguna cosa, relacionada con el tiempo o algo de eso, pero muy frío, especialmente porque él seguía acercándose y yo no estoy por la labor de que se vuelva a acercar a los perros. Estos no le hicieron ni caso, pero al final, opté por girarme y seguir a lo mío. Así que se le quedo una cara de pasmo que me sorprendió bastante. Me marché y ahí quedo la cosa.
Por la noche coincidimos con él en un bar de una localidad cercana, y él, un jeta de dimensiones considerables, que como os he contado se ha aprovechado de la empatía de personas que son capaces de desarrollarla y hacer gala de ella, se hizo el distante en público conmigo, se convirtió automáticamente en víctima, como diciendo, yo soy muy duro, cosa que por otra parte no es que yo no agradeciera, porque me importa un bledo este elemento, sino que además me proporcionó una satisfacción extra, porque veo que todo alrededor va por donde yo lo quería conducir. Para más información, ya he comentado con algunos de mis amigos del entorno inmediato los hechos, y no solo se han quedado sorprendidos (eso sí, sin decir aun quien es), sino que me han mostrado su apoyo y el asco que les da el comportamiento de esta persona. Bueno, esto va como decía por donde yo quería. Ahora os cuento otra película nueva, porque estamos rodeados de psicópatas y gente retorcida. Pero eso da para otro mensaje.
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Por supuesto que los perros van siendo recompensados por su evolución favorable, y finalmente lograré que a este petardo le ignoren absolutamente (conseguiremos, porque ellos participan tan activamente como yo) 
.
Bueno, ya tengo tiempo para la otra película.
Si no estáis sentados os recomiendo que lo hagáis, porque esta es de traca, también.
Resulta que desde el primer momento que nos trasladamos hasta aquí, desde un pueblo cercano (ya llevamos tres años), ya os he comentado los errores iniciales que tuvimos con los perros. Bueno, para que os hagáis una idea, esta zona es principalmente una zona en la que se vive de la ganadería, que es el sector que ocupa a buena parte de la población, y en el caso de localidades donde no es así, sí es la actividad que deja más dinero en los ayuntamientos, o al menos así debería ser. La cuestión es, que por su característica de rural, en entorno de montaña, más bien aislada del mundanal ruido y otras cuestiones relativas al entorno de núcleos urbanos grandes, aquí quienes tienen perro (al menos la mayoría), los tienen normalmente sueltos en la calle.
Normalmente sueltos, quiere decir que estos o acompañan en sus faenas a quienes se dedican al trabajo ganadero, o estos deambulan por las puertas de las casas y calles de los pueblos sin ningún tipo de control. No suele haber incidentes, salvo por choques entre perros de distintas familias, más o menos grandes, que al paso de vehículos o viandantes salen a ladrar o persiguen a los vehículos durante un cierto trecho.
Desconozco si hay alguna normativa municipal respecto al control sobre estos animales de compañía, pero en el momento en el que escriba esto, me dirigiré al Ayto. a averiguarlo (hoy está cerrado, pero sé que alguien andará por allí), y si en su defecto no la hay, el siguiente paso, ya consistirá en recurrir a la Diputación o bien al Seprona, porque esto es una situación esperpéntica.
Resulta, que la noche del domingo, ya a sabiendas de que mi buen vecino había marchado a su puñetera casa en la ciudad, y puesto que había estado cayendo agua a mares todo el día y por lo tanto no pude salir con los perros a pasear adecuadamente, solté al perro por la noche, como hago cuando se dan estas circunstancias u otras como nevar durante 6 ó más días seguidos, sin posibilidad de salir a la calle prácticamente y menos a aventurarse en medio de la ventisca en esas condiciones. Este sale, hace sus necesidades y sabiendo que cuando retorna come, vuelve al poco rato. El caso es que la noche del domingo no apareció, y a la mañana temprano me dirigí a buscarlo por todas partes y por fin le encontré junto a la casa de un amigo, que está un par de calles más abajo. ¿Qué hay de extraño? Bueno, pues lo raro, raro, raro, porque me cuesta enormemente creer en las casualidades, es que esa mañana otro vecino, que se dedica aunque jubilado ya a la ganadería, no apareció con sus vacas en el prado que hay entre mi casa y la del otro vecino, por el cual él suele atravesar para conducir a sus vacas a otros prados. No apareció con sus vacas y su perro (uno de ellos), al cual el mío tiene un odio absoluto, hasta el punto de que si se encuentran sueltos, y no hay nadie por medio, el mío le destrozaría. También, y esto es algo que percibí pocos meses después de llegar aquí, odia al jubilado este y en cierto modo a todos con los que tiene relación directa, como su familia, que se dedican al ganado. A mí me pareció extraña tanta inquina, y de hecho le comenté a mi mujer “si este cabrón no le habrá zurrado si se le ha encontrado por ahí”. Y tachán, resulta que efectivamente. De este otro psicópata (no se me ocurre definir de otra manera a quien es incapaz de mostrar algún tipo de empatía por sus semejantes u otros seres, cuando estos no interfieren además en absoluto en las condiciones de su vida), me he enterado hace poco, que una de sus actividades de toda la vida, es coger a perros ajenos, y con el anonimato que te proporciona una nave ganadera tuya o bien un bosque, encararles bajo su supervisión con los suyos, y además les pega. Es decir, que tras observar cómo actúan mis perros (especialmente el macho) cuando le ven a él, a alguno de su familia, o a sus perros, comprendo que algo así es lo que ha sucedido, porque no reaccionan así con nadie más. Como en el caso anterior no tengo prueba alguna, pero sí la certeza, pues ya lo había sospechado antes de saber esto, que se habían dado estas circunstancias.
Es decir, aquí todos tienen a los perros sueltos (hace unos días no terminé discutiendo con otro vecino porque decía que mira cómo tienen a uno de mis perros los otros perros, porque nos dijimos que no queríamos discutir, pero este tiene a un fiera joven, que ladra a todo bicho que se menea, incluso se acerca demasiado, y lo tiene en la puñetera calle), que salen a la carretera incluso con el consiguiente riesgo para los animales y para los vehículos, te ladran y se acercan intimidatoriamente (no es mi caso, pero sí el de otras personas) cuando vas a tirar la basura, cuando sales a pasear, etc., y salvo yo, nadie les tiene ni atados ni bajo ningún tipo de control, pero luego todos se quejan, precisamente de los animales que sí están controlados, o al menos, mucho más. Lo digo porque este otro psicópata, ya me ha dicho en alguna ocasión que vaya carácter tiene mi perro, etc. Como esta mañana, que aunque sí estaba lloviendo a mares, como el lunes o el domingo que en cambio sí estuvo, pero mi perro estaba en su casa, él estaba con su chubasquero y el paraguas con las vacas frente a mi casa. Yo he salido con mi perro atado, con la intención de provocarle para que me dijera algo, porque sinceramente ya me he hartado de esta panda de payasos y tenía intención de ver cómo reaccionaba, y cuando he salido, además del saludo, él se ha trasladado con su séquito hacia otro prado y yo he hecho mi papel y me he acercado a casa de otro vecino a preguntarle algo. Cuando he aparecido por la calle principal, en la que él estaba, su perro se ha enfilado amenazante contra el mío, yo me he parado y he dejado que el mío, que iba atado, le respondiera ladrándole, y él me ha dicho que “tranquilo, que con este mío no hay que preocuparse”, a lo que yo le he respondido que “ya, y con el mío, que tampoco hace nada”. Mi intención era ver si salía con lo del carácter o alguna cosa similar, para poder contestarle que “por algo será por lo que se comporta así”, para ver cuál era su reacción, pero hoy no ha podido ser. Como normalmente mis actividades diarias me lo permiten, saldré a primera hora de la mañana, cuando él está frente a mi casa, con el perro atado, para que marque lo que le dé la gana, intimide lo que le dé la gana, y con un poco de suerte consiga escuchar las palabras mágicas, que introduzcan el comentario anterior en la conversación.
Bueno, ya sé que podréis pensar que vaya panda de tarados, que porqué no nos vamos, etc. No os voy a contar cómo interactúa la gente de por aquí con los perros de los demás (e incluso los propios), porque escapa al raciocinio (quemarlos vivos, dispararles con escopetas de cartuchos, y otras lindezas), pero sé que los perros me han acompañado durante toda mi vida, y así va a seguir siendo. Además, esta es mi casa, y estoy donde ahora mismo quiero estar. Pero voy a preguntar por las normativas, me voy a asesorar con el Seprona, y voy a empezar a conseguir pruebas de las actuaciones al respecto, porque sencillamente, esto es la montaña, pero no la jungla. Alguien tendrá que poner orden.
Disculpad el tochazo, pero creo que merecía la pena.
.Bueno, ya tengo tiempo para la otra película.
Si no estáis sentados os recomiendo que lo hagáis, porque esta es de traca, también.Resulta que desde el primer momento que nos trasladamos hasta aquí, desde un pueblo cercano (ya llevamos tres años), ya os he comentado los errores iniciales que tuvimos con los perros. Bueno, para que os hagáis una idea, esta zona es principalmente una zona en la que se vive de la ganadería, que es el sector que ocupa a buena parte de la población, y en el caso de localidades donde no es así, sí es la actividad que deja más dinero en los ayuntamientos, o al menos así debería ser. La cuestión es, que por su característica de rural, en entorno de montaña, más bien aislada del mundanal ruido y otras cuestiones relativas al entorno de núcleos urbanos grandes, aquí quienes tienen perro (al menos la mayoría), los tienen normalmente sueltos en la calle.
Normalmente sueltos, quiere decir que estos o acompañan en sus faenas a quienes se dedican al trabajo ganadero, o estos deambulan por las puertas de las casas y calles de los pueblos sin ningún tipo de control. No suele haber incidentes, salvo por choques entre perros de distintas familias, más o menos grandes, que al paso de vehículos o viandantes salen a ladrar o persiguen a los vehículos durante un cierto trecho.
Desconozco si hay alguna normativa municipal respecto al control sobre estos animales de compañía, pero en el momento en el que escriba esto, me dirigiré al Ayto. a averiguarlo (hoy está cerrado, pero sé que alguien andará por allí), y si en su defecto no la hay, el siguiente paso, ya consistirá en recurrir a la Diputación o bien al Seprona, porque esto es una situación esperpéntica.
Resulta, que la noche del domingo, ya a sabiendas de que mi buen vecino había marchado a su puñetera casa en la ciudad, y puesto que había estado cayendo agua a mares todo el día y por lo tanto no pude salir con los perros a pasear adecuadamente, solté al perro por la noche, como hago cuando se dan estas circunstancias u otras como nevar durante 6 ó más días seguidos, sin posibilidad de salir a la calle prácticamente y menos a aventurarse en medio de la ventisca en esas condiciones. Este sale, hace sus necesidades y sabiendo que cuando retorna come, vuelve al poco rato. El caso es que la noche del domingo no apareció, y a la mañana temprano me dirigí a buscarlo por todas partes y por fin le encontré junto a la casa de un amigo, que está un par de calles más abajo. ¿Qué hay de extraño? Bueno, pues lo raro, raro, raro, porque me cuesta enormemente creer en las casualidades, es que esa mañana otro vecino, que se dedica aunque jubilado ya a la ganadería, no apareció con sus vacas en el prado que hay entre mi casa y la del otro vecino, por el cual él suele atravesar para conducir a sus vacas a otros prados. No apareció con sus vacas y su perro (uno de ellos), al cual el mío tiene un odio absoluto, hasta el punto de que si se encuentran sueltos, y no hay nadie por medio, el mío le destrozaría. También, y esto es algo que percibí pocos meses después de llegar aquí, odia al jubilado este y en cierto modo a todos con los que tiene relación directa, como su familia, que se dedican al ganado. A mí me pareció extraña tanta inquina, y de hecho le comenté a mi mujer “si este cabrón no le habrá zurrado si se le ha encontrado por ahí”. Y tachán, resulta que efectivamente. De este otro psicópata (no se me ocurre definir de otra manera a quien es incapaz de mostrar algún tipo de empatía por sus semejantes u otros seres, cuando estos no interfieren además en absoluto en las condiciones de su vida), me he enterado hace poco, que una de sus actividades de toda la vida, es coger a perros ajenos, y con el anonimato que te proporciona una nave ganadera tuya o bien un bosque, encararles bajo su supervisión con los suyos, y además les pega. Es decir, que tras observar cómo actúan mis perros (especialmente el macho) cuando le ven a él, a alguno de su familia, o a sus perros, comprendo que algo así es lo que ha sucedido, porque no reaccionan así con nadie más. Como en el caso anterior no tengo prueba alguna, pero sí la certeza, pues ya lo había sospechado antes de saber esto, que se habían dado estas circunstancias.
Es decir, aquí todos tienen a los perros sueltos (hace unos días no terminé discutiendo con otro vecino porque decía que mira cómo tienen a uno de mis perros los otros perros, porque nos dijimos que no queríamos discutir, pero este tiene a un fiera joven, que ladra a todo bicho que se menea, incluso se acerca demasiado, y lo tiene en la puñetera calle), que salen a la carretera incluso con el consiguiente riesgo para los animales y para los vehículos, te ladran y se acercan intimidatoriamente (no es mi caso, pero sí el de otras personas) cuando vas a tirar la basura, cuando sales a pasear, etc., y salvo yo, nadie les tiene ni atados ni bajo ningún tipo de control, pero luego todos se quejan, precisamente de los animales que sí están controlados, o al menos, mucho más. Lo digo porque este otro psicópata, ya me ha dicho en alguna ocasión que vaya carácter tiene mi perro, etc. Como esta mañana, que aunque sí estaba lloviendo a mares, como el lunes o el domingo que en cambio sí estuvo, pero mi perro estaba en su casa, él estaba con su chubasquero y el paraguas con las vacas frente a mi casa. Yo he salido con mi perro atado, con la intención de provocarle para que me dijera algo, porque sinceramente ya me he hartado de esta panda de payasos y tenía intención de ver cómo reaccionaba, y cuando he salido, además del saludo, él se ha trasladado con su séquito hacia otro prado y yo he hecho mi papel y me he acercado a casa de otro vecino a preguntarle algo. Cuando he aparecido por la calle principal, en la que él estaba, su perro se ha enfilado amenazante contra el mío, yo me he parado y he dejado que el mío, que iba atado, le respondiera ladrándole, y él me ha dicho que “tranquilo, que con este mío no hay que preocuparse”, a lo que yo le he respondido que “ya, y con el mío, que tampoco hace nada”. Mi intención era ver si salía con lo del carácter o alguna cosa similar, para poder contestarle que “por algo será por lo que se comporta así”, para ver cuál era su reacción, pero hoy no ha podido ser. Como normalmente mis actividades diarias me lo permiten, saldré a primera hora de la mañana, cuando él está frente a mi casa, con el perro atado, para que marque lo que le dé la gana, intimide lo que le dé la gana, y con un poco de suerte consiga escuchar las palabras mágicas, que introduzcan el comentario anterior en la conversación.
Bueno, ya sé que podréis pensar que vaya panda de tarados, que porqué no nos vamos, etc. No os voy a contar cómo interactúa la gente de por aquí con los perros de los demás (e incluso los propios), porque escapa al raciocinio (quemarlos vivos, dispararles con escopetas de cartuchos, y otras lindezas), pero sé que los perros me han acompañado durante toda mi vida, y así va a seguir siendo. Además, esta es mi casa, y estoy donde ahora mismo quiero estar. Pero voy a preguntar por las normativas, me voy a asesorar con el Seprona, y voy a empezar a conseguir pruebas de las actuaciones al respecto, porque sencillamente, esto es la montaña, pero no la jungla. Alguien tendrá que poner orden.
Disculpad el tochazo, pero creo que merecía la pena.