

Intrigado, bajo al comedor por si he dejado la puerta del balcón abierta y esa está mirando la calle cual jubilado mirando una obra y nada, la puerta del balcón cerrada y el sofá libre de inquilinos.
Me dirijo a la cocina y . . . lo primero que veo es la blosa de la basura tumbada y una cosa peluda estiradita en un rincon mirándome con cara de "la he cagado".
Con pinta de CSI miro en la basura para averiguar que se ha zampado la señora. ¡¡ Han desaparecido las patatas fritas que sobraron de la comida !!
La miro con cara de "te voy a matar" y, sin decir nada, se arrastra hacia arriba y se tumba, enroscada, debajo del escritorio de Marc.
"¡¡ ¿Que has hecho?, ¡¡ ven aquí !!" y viene arrastrádose y pasando la mopa con sus pelos, hasta que llega a mi y se tumba en su pose favorita: el síndrome de Kira.
y luego dicen que no saben cuando han hecho algo malo . . . . . . .