Yo debo ser muy miedica, porque hasta que no nos aseguramo bien de que respondía a la llamada no soltamos a Livia (y pasó bastante tiempo) y a Roy, con lo pasota y cabezón que es solo lo soltamos en el pipican (y va a hacer casi un año en casa)
Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos.
Escrito por Lord Byron en la tumba de su perro.