Nació en la calle junto a sus hermanos.
Un fatídico día el hermano de Zipi y Zape fue atropellado, su cuerpo quedó tendido en el asfalto y estos dos perritos no quisieron separarse de él. Por nada del mundo querían abandonar a su hermano y ese deseo fue más fuerte que el miedo que tenían a las personas, porque cuando retiramos el cuerpo ellos nos siguieron, por lo que pudimos cogerlos sin problemas.
Poco a poco han ido cogiendo confianza y cada vez tienen menos miedo. Zipi ha progresado mucho, se acerca para recibir caricias y mimos, aunque si se realizan movimientos bruscos todavía se asusta. Se lleva bien con el resto de perros. Es un poco más pequeño que su hermano Zape.
Uploaded with ImageShack.us