Tuscany vino desde otra protectora, debido al cierre de la misma. Muy poco sabemos de su pasado, pero seguro que es tan triste e injusto como el de todos los seres inocentes que llegan a nuestras manos.
Tuscany es un encanto de perra y muy obediente. Cuando llegó estaba asustada, pero ya se ha adaptado y ahora es una más en su casa de acogida. Ha hecho una bonita amistad con nuestra podenca Dori, con la que comparte carreras y juegos. Es una perra con mucha energía y ganas de jugar, necesita su dosis de ejercicio diario para ser feliz.

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