Atila lleva algo más de un año con nosotros y nadie todavía ha preguntado por él. Es de esos misterios insondables que no tienen explicación.
Porque Atila es una preciosidad y lo es, en todos los sentidos. Es un perro hermoso, bellísimo, un lujazo de perro de los de dar envidia. Y tiene un carácter estupendo.
Atila es un perro noble de mirada transparente y leal. Su corazón se divide entre las ganas de explorar y sentirse libre cuando por fin lo sacamos de su mini parcela y la necesidad de que le mimen y le acaricien.
Y en el refugio no es feliz. Ninguno lo es, claro que no, pero los hay que parece que se conforman. No es el caso de Atila que ve pasar las semanas, los meses y a los compañeros, ladrando afónico su encierro.
Insistimos de nuevo: no dejemos que languidezca en el refugio. Es fácil, sólo depende de ti.
Atila llegó hasta nosotros, destrozado y sin conocernos, sin saber qué íbamos a hacerle, se dejó llevar hasta la clínica y se dejó curar, hurgar y pinchar sin hacer un sólo mal gesto. Atila se ha convertido en este año que lleva con nosotros, en un precioso nórdico, de espectacular pelaje espeso y blanco como la nieve. Es un perro con mucha energía y mucha vida, ideal si eres una persona o una familia de la que gustan de largos paseos, excursiones, salidas en bici, largos baños en el mar, juegos en el parque… Atila es un gran perro, noble y leal. No queremos que languidezca tras las rejas del refugio.
Está en Sevilla, pero se envía a otras provincias. Se da esterilizado, con vacunas y microchip. Para más información contactar con adopciones@elrefugioescuela.com
ASÍ ESTABA CUANDO LLEGÓ
ASÍ ESTÁ AHORA