), y me ha gustado, así que os lo pongo aquí, a ver qué opináis. (Leedlo, so vagos, que es interesante 
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"Sólo consigo que mi perro me haga caso cuando sabe que le voy a dar un premio, e incluso así a veces me ignora y hace lo que le da la gana... ¿No es suficiente con alabarle y acariciarle un poco cuando hace algo bien y “corregirle” cuando me desobedece? ”.
A menudo me encuentro clientes con ese tipo de dudas. Sin embargo, la clave del asunto no consiste en intentar que el perro nos obedezca, sino en averiguar cómo motivar al perro para que haga aquello que queremos. En el siguiente artículo conoceremos los distintos recursos que, utilizados inteligentemente, te permitirán dirigir a tu perro con éxito hacia los comportamientos que deseas...
Motor Egoísta Vs Motor Social
En primer lugar, me gustaría que tuvieras siempre presente esta frase: Los perros no se comportan ni bien ni mal, simplemente hacen aquello que les funciona. Esto quiere decir que cualquier comportamiento que les reporte algún tipo de beneficio tenderá a repetirse, a la vez que toda acción con consecuencias indeseadas terminará por extinguirse.
Puedes imaginarte a tu perro como uno de esos coches híbridos (eléctricos y de gasolina). Se sabe que los perros tienen dos motores de conducta distintos, que impulsan su motivación.
Por un lado tenemos el motor egoísta del perro, y está compuesto por:
Los Refuerzos Primarios (necesarios para el equilibrio del perro): alimento, agua, descanso...
Las Actividades Autosatisfactorias (en muchos casos inducidas por el juego): Conductas de caza, acecho, persecución, huída, nadar...etc.
Y por el otro lado contamos con el poco explorado motor social del perro, donde la relación afectiva y determinadas emociones como la empatía le permiten tener una relación cooperativa con nosotros.
La razón por la que muchos perros acaban ignorando a sus propietarios suele residir en el uso que se haya hecho de estos motores de conducta a lo largo de su vida. Si nunca hemos “cargado la batería” del motor social de nuestro perro a través de la convivencia, no esperemos que nos haga caso más allá de fines egoístas. Este es el riesgo que corren los dueños que no guardan mucha relación con sus perros, o que los relegan a vivir en el jardín.
Definitivamente, el integrar el motor social en la relación con el perro será lo que marque la diferencia entre ser el compañero de nuestro perro o ser un dispensador de comida y juguetes.
¿Cómo activar el motor social?
Tanto nosotros como nuestros perros hemos desarrollado la capacidad de convivir en sociedad gracias a mecanismos que fomentan la comunicación,cohesión y organización entre los miembros del grupo.
Te propongo tres acciones sencillas que puedes llevar a cabo con tu perro para desarrollar estos tres engranajes del motor social:
Comunicación --------> Activar y relajar por medio del juego:
A través del juego social, podemos crear una serie de señales de activación y relajación emocional. Lo ideal sería poder llegar a hacerlo únicamente con nuestras manos sin necesitar ningún elemento externo en forma de juguete, pero para facilitar su aprendizaje podemos usar algún juguete de “Tira y afloja”, los cuales son una gran ayuda para enseñar a nuestro perro señales de activación y relajación.
Cohesión --------> Dar masajes y caricias:
El afecto es algo que debe construirse a lo largo de la convivencia. Querer que el perro valore nuestras caricias sólo cuando le pedimos algo a cambio, es como si un jefe tratara de abrazar a su empleado solamente el día en que éste cobra su sueldo mensual. No tiene mucho sentido... Pero peor aún: imagínate que llamas a tu perro y éste te obedece esperando un premio de comida (refuerzo primario=motor egoísta). Como en ese momento no tienes ningún premio a mano, intentas sustituirlo por algunas caricias. La intención puede ser buena, pero si no has construido una buena relación afectiva es posible que el perro vea frustrada su expectativa del premio, e incluso perciba esas caricias de un modo negativo. Es como si el día de cobrar el sueldo, tu jefe te diera simplemente un abrazo...¿Qué cara se te quedaría?
Organización --------> Crear rutinas:
Los animales sociales suelen sincronizarse para gestionar adecuadamente sus recursos. Ya sea compartiendo las mismas horas de sueño o moviéndose en grupo al mismo tiempo, el hecho de formar rutinas colectivas resulta fundamental para mantener una buena organización dentro del grupo. Podemos construir rutinas para los paseos de nuestro perro, para alimentarle o incluso a la hora de educarle. Crear hábitos y rutinas ayuda al perro a saber qué toca hacer en cada momento, dándole seguridad, autocontrol y permitiéndole adaptarse al grupo con el que convive. Si lo piensas tiene bastante sentido: del mismo modo que podemos enseñar a un niño a lavarse las manos antes de comer, o ir cogido de tu mano al salir a la calle y convertirlo en una rutina si lo hacemos con regularidad ¿Qué podrías enseñarle a tu perro a la hora de darle de comer? ¿Y durante los paseos? Recuerda: La constancia es la clave para crear hábitos y rutinas.
