Paseamos mi marido y yo a nuestro mastín de cuatro meses (pesa 30 kilos y me llega más arriba de las rodillas) todas las tardes por la urbanización. Lo llebamos atado, pero aún sin bozal`por ser bueno y cachorro aún.
Siempre decíamos de ir a tomar una cerveza a in bar que tiene terraza y el dueño es muy majo, pero yo nunca quería pues pensaba que alguien se quejaría. Hoy al pasar por la reja del bar, hemos visto un perro acompañando a sus dueños y hemos pasado. para el perro todo era nuevo y le daba un poco de miedo y entraba encogido, pero iba yo mucho más cagada que el de que nos dijeran algo.
Cuando ha venido a servirnos, le hemos preguntado si molestaba y ha dicho que a el no, y que podíamos estar sin problemas en la terraza, ya q como es tan grande dentro sería un lio, q dentro solo suelen pasar los pequeñitos.
Me he quedado tan contenta que me he comido unas bravas!! y eso que estaba a dietaaaaaaaa


Ojalá q todos los sitios fuesen así.