Yo al mío nunca he conseguido ponérselo en la parte alta del cuello, ni intentándolo, se lo he querido poner cuando salimos de casa para pasear, que es cuando más me cuesta controlarlo, y sí, se lo subo, pero después del primer tirón se afloja y se le resbala hacia abajo

. Soy muy torpe para eso, así que antes de cagarla prefiero intentar solucionar el problema de otra forma.
Por otro lado, a mí no me hizo falta ponerle el collar en la zona alta del cuello para corregir que no tirase, eso sí, el mío a excepción de la temporada en que la estaba caótico, no ha sido de tirar nunca, sólo en momentos puntuales y cuando salimos, que tira porque necesite vaciarse con cierta urgencia, porque anda con los nervios aflorados y con las pilas a tope, pero luego, pasas una calle o un par, y es muy bueno. De hecho tengo algún vídeo por ahí de cuando era un cachorro (tres o cuatro meses), que ya tenía asumido que no debía de tirar de la correa, se movía por mi alrededor oliendo esto o aquello, pero sin tirar, porque además se quedó con la longitud que tenía de ''libertad''. Y cuando tiraba, con un tirón rápido y seco junto a un ''¡no!'' bastaba, y llevaba el collar a mitad del cuello, lo aprendió de lujo. Pero como dicen, cada perro es un mundo y los hay que son tres veces más cabezones.
Sobre la desensibilización, cuando mi perro pasó por una mala racha en su comportamiento, que daba interminables tirones constantes que me dejaron las manos fritas, para mí desgracia, creo que se le empezó a quedar esa zona algo insensibilizada, porque los tirones de corrección que le daba (que antes sin duda hubiesen funcionado) no le hacían nada, como si no fuesen con él vamos, y para cabezón él, cabezona era yo, pero ni por esas. Así que viendo el percal y antes de que se le pudiese perder más sensibilidad, me las ingenié para buscar una forma de corregirlo distinta, y después de varias pruebas terminé pasándole la cadena por la zona del pecho, haciendo una U desde la mitad de la cadena. Y funcionó mucho mejor de lo que yo esperaba.
Ya luego, tras dejar atrás su etapa de cabroncete, volvió a la normalidad. Yo pensaba que el cuello ya se le quedaría un pelín jodido para corregirlo, pero quizás porque cambié a otra alternativa para seguir corrigiéndolo antes de que el cuello fuese a peor, no llegó a desensibilizarse. Aunque a veces muestra más ímpetu a la hora de tirar y cuesta algo más corregirlo (como a la hora de oler pises de otros perros –imagino que las hembras ahí hacen mella-), no es por el cuello, es porque ha echado más cabezonería en ese aspecto, porque luego en otros, con un tirón más ligero lo capta a la primera. Pero sus queridas hormonas le nublan el entendimiento

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Yo por eso soy de la opinión que si, utilizando un método no conseguimos avanzar, más vale plantearnos el cambiar a otro distinto, antes de que el primero, por no saberlo usar y/o manejar terminemos jodiendo al perro.