Fueron arrojados a través de una valla metálica hacia una casa de campo donde fueron encontrados a la mañana siguiente, llorando desconsoladamente.Toda la camada es guapísima y tienen en común que son tremendamente mimosos y cariñosos. Lloran si no se les toca, juegan los unos con los otros y les encanta dormir juntitos arremolinados los unos con los otros. No es de extrañar que estén tan unidos. Todavía es muy pronto para saberlo pero creemos que en edad adulta alcanzarán un tamaño mediano. Ágata destaca por sus dos ojazos azules, de adulta seguro que será un bellezón de perra. Es confiada y alegre.
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