HOMENAJE A FUJUR, Y UNA REFLEXION SOBRE LA GENEROSIDAD DE PALABRA
Seguramente, esas madrinas, no hubieran evitado que finalmente, después de tratamientos paliativos para su leishmaniasis, Fujur nos dejara con la pena de no haberle podido dar el hogar prometido y la familia para él solo, donde quizás hubiera tenido una atención más esmerada y exclusiva.
Las madrinas y padrinos que Fujur no ha llegado a tener, quizás hubieran ayudado a que le pudiéramos repetir las analíticas necesarias para controlar el avance de su enfermedad.
Las madrinas y padrinos son los que mantienen este proyecto, “su último hogar”…porque no hay manera de continuarlo si dependemos de las numerosas ofertas de “salvamento” de los adictos a emociones de “Facebook” que se descuelgan en valientes proclamaciones de ayudas que no piensan en realidad hacer efectivas…pero de las que han convenientemente informado a sus amigos y “agregados”…para ver quien vuela más alto en la carrera solidaria.
No hay manera de continuar este proyecto si no podemos acceder a ayudas públicas porque no tenemos animales adoptables ni los sacamos de las calles…si no le hacemos ningún “servicio”a la sociedad, porque en las perreras ya estaban en el sitio adecuado…el sitio que la sociedad ya ha pagado con sus impuestos para dejar allí a los animales que sobran.
Entonces: ¿A quién pedimos ayuda?
Solo podemos contar con la caridad de las conciencias sensibles y despiertas de animalistas…o amantes de los animales, que no es lo mismo.
Como no es lo mismo ser animalista de calle, que de ordenador, como no es lo mismo visitar una perrera buscando a quién salvar primero, que mirar historias tristes de Facebook para ver a quién decimos que vamos a salvar…hasta que todos se olviden.
Como olvidaron a Fujur.
Nadie reclama la ayuda que no se ofrece…solo podemos pedir que nos la den, y ofrecer argumentos para recibirla…LO ÚNICO QUE SE RECLAMA…LO ÚNICO QUE HAY DERECHO A RECLAMAR, ES EL VALOR DE LA PALABRA EXPRESADA.
Nadie tiene obligación de ayudar a todas las causas, con que haga lo que su conciencia le diga, es suficiente…pero es muy frustrante que la ligereza para prometer y la falta de responsabilidad para sacar cosas de la boca públicamente, te haga dudar sobre la utilidad de la causa que nos une, te haga replantear el objetivo final de un proyecto que parecía despertar muchas simpatías…pero que se va quedando por desgaste ante la indiferencia.
Fujur será inolvidable para todos nosotros, que tuvimos la ocasión de conocer y mimar a un animal ejemplo de bondad, nobleza e inteligencia…un perro como muchísimos, pero a éste especialmente, el mundo no lo merecía tener…y por eso se fue en brazos de Ruth y de Alba, al país donde no hay mentiras, ni promesas para figurar…no hay ni siquiera “facebooks”…¿cómo se puede vivir, sin “Facebook”…?
Elena, (protegerlosinocentes)LLeida-5/ 07/ 2011
