Nohita escribió:
Yo a mi hermana: unas pisamierdas y la colección de harry potter
Vamos, que ha estado muy muy bien.
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción
gigi, las pisamierdas al menos para mí son un tipo de botas jejeje
El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).
nuriaBogartDana escribió:gigi, las pisamierdas al menos para mí son un tipo de botas jejeje
Pos vaya . . . ya he aprendido otra cosa hoy
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción
El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).
y encima en el color de moda (aunque a mí particularmente no me guste na de na)
El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).
si no te digo q no, para gustos se hicieron los colores, pero a mí el morado..... el lila sí morado no (mi habitación tiene las paredes lilas jejeje, relajante y luminoso)
El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción
no tengo ni idea Gigi, pero yo siempre lo he oido para las botitas esas, será porque la gente las llevaba pa todo o pa ir al campo y daba igual lo q pisaran
El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).