Es decir, yo a mi perra no la dejo que la tocasen niños ajenos, porque ya sabéis... los niños que me han "prestado" hasta ahora sus padres eran conscientes de lo que pasaban, pero niños ajenos...
La llevo mogollón a parques con niños, a salidas del colegio, salidas de catequesis... pues ayer una niña de unos 10 años, me abordó, "qué guapaaaa", respiré hondo, afloje la correa y dije "que sea lo que dios quiera", la niña se acercó, se inclinó hacia delante, Mika agachó las orejas y se dejó acariciar sin problema, sin arrugar hocico y sin ningún amago de tensión.
Nos despedimos, y nos marchamos a nuestro paseo...
