Hola, me dirijo a vosotros para contaros el caso de un pastor alemán de unos cinco años que ha mordido a una persona ajena a la casa donde él está. Él vive en una casa de pueblo desempeñando la función de guarda, no recibe cariño de sus propietarios, sólo la comida y el agua. Siempre estuvo suelto y, en alguna ocasión, al abrir el portal de la casa, salió. Esto fue lo que sucedió hace unos quince días, lo cual coincidió con que llegaba una persona de visita y le atacó, lo tiró al suelo y le mordió en una pierna en dos ocasiones. Hace bastante tiempo también había intentado morder a la panadera pero no pasó nada. Desde esto último lo han metido en un galpón en una especie de cuarentena, a la espera de si la persona atacada presenta denuncia, cosa que parece bastante improbable y pasado un tiempo, la idea de los propietarios es llevarlo a una perrera o sacrificarlo.
Personalmente estoy viviendo esto con mucha angustia porque conozco al perro. Junto con mi marido somos las únicas personas que nos ocupamos de él en el aspecto afectivo, social y de cuidados higiénico-veterinarios (pipetas, correa antigarrapatas, cepillado, etc.). Lo visitamos cada quince días. Desde que supe de lo sucedido no hago otra cosa que intentar buscar una solución aún cuando mi opinión es la última en esta historia. Les he sugerido que hablasen con el veterinario, quien les dijo que había que sacrificarlo porque iba a reincidir. Por mi parte, he hablado con veterinario y con un adiestrador. Este último no me dio ninguna esperanza ya que considera que el trabajo que podría hacer con el perro adiestrándolo sólo sería efectivo si después pasase a vivir conmigo pero, al no poder ser asi y regresar con aquellas personas que no tienen intención alguna de hacer nada por el animal, su trabajo quedaría deshecho. Me aconsejó que, a pesar de mis buenas intenciones, no intercediese ya que, si algún día el perro hace algún daño, toda la responsabilidad recaería sobre mi. También le he comprado un bozal con el objetivo de convencerles para que lo suelten de su encierro pero no quieren saber nada. El adiestrador me dijo que con el bozal no mordería pero podía tumbar a una persona y, nuevamente, la culpa iría hacia mi. Decir que la dueña de la casa es una mujer de 70 años que no quiere ver al perro ni en pintura.
Estoy sufriendo mucho con este tema aún cuando mi margen de acción es muy limitado, por no decir nulo.
Os agradecería vuestra opinión al respecto.
Muchas gracias. Un saludo
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