el roble (relato)
- taliesim
- Mi foro y yo
- Mensajes: 9532
- Registrado: Jue Ago 06, 2009 9:30 pm
- Ubicación: basauri
- Contactar:
el roble (relato)
Esta historia comenzó hace muchos años. . . No podría precisar cuantos. . . Tal vez cuando la montaña se formó. . . Acaso cuando la primera gota de lluvia comenzó a caer por su ladera, marcando el camino para que las demás la siguiesen y así crear a su paso el surco de lo que hoy en día es un caudaloso río.
Bueno, en esa montaña, a la orilla de ese caudaloso río.
Un roble centenario, crecía majestuoso, frondoso, grueso de tronco, de ramas repletas de hojas.
Este roble, engreído y fanfarrón, orgulloso e inhospitalario, contemplaba vanidoso su reflejo en las aguas cristalinas del río.
Las truchas y otros peces, que habitaban el río, murmuraban entre ellos que en ninguna otra parte de aquel río, había un árbol tan pagado de sí mismo como viejo roble.
Las ardillas y los pajaritos evitaban subir por su tronco y posarse en sus ramas, porque el roble sacudía estas mientras emitía un ronco aullido de rabia parra espantarles.
Me estropeareis las hojas, pensaba el vanidoso, romperéis mis ramas y ensuciareis mi tronco.
y así fueron sucediéndose los días, meses, estaciones,
Años, lustros. . .
Un día de un verano muy seco y caluroso el cauce del río comenzó a bajar de nivel. El viejo roble se había vuelto tan gruñón y huraño que hasta los peces habían abandonado aquel lugar. El viejo roble pensó que el nivel se recuperaría con las primeras lluvias de otoño y no le dio mas importancia.
El verano pasó y el cauce del río, antes caudaloso y cantarín, era apenas un hilo de agua que tímidamente intentaba abrirse paso por el fondo del cauce.
El viejo roble estaba entristecido, porque lo único que le entretenía en su merecida soledad era ver su reflejo en las aguas del río y ahora ni eso tenia.
Todos me abandonan, hasta el río tiene envidia de mi envergadura y fortaleza, por eso no se atreve a pasar a mi lado, se consolaba el orgulloso.
Llego el otoño con vientos muy fuertes, que arrancaron alguna rama del roble, al estar este muy seco por la falta de agua. El roble pensó que el viento celoso de su apostura le hacia eso para estropear su grandiosidad.
No sabía nuestro árbol, por no poderse ver en el reflejo del río que ahora estaba seco y resquebrajado, que sus hojas caían lacias y secas de sus ramas retorcidas. . .
La verdad es que no era ni una sombra de aquel reflejo, los pájaros que pasaban volando por allí, no se acercaban a él, no ya por miedo, si no porque les repugnaba el aspecto de aquel viejo árbol, casi seco, sin hojas, con las ramas resecas y quebradizas. . .
El viejo roble resistió orgulloso el embate del viento otoñal, creyéndose, fuerte y frondoso como antaño. . .
Durante el otoño apenas cayeron cuatro gotas de lluvia.
El roble observaba como el terreno se volvía árido y seco, una tormenta eléctrica a finales de noviembre, empeoro aun mas las cosas.
Un relampago partió el tronco del roble abriendo una gran cicatriz en su grueso tronco, y el incendio de la maleza reseca lamió parte de sus ramas.
El invierno se acercaba y con el al fin las primeras lluvias torrenciales, por el cauce seco del río un hilo de agua comenzó a pasar, primero tímido y lento, después con grande y furioso arrastrando en sus aguas turbias, los restos de troncos y ramas resecas, de arboles menos afortunados que el roble, que sucumbieron a la sequía.
El roble, se alegro de nuevo, pensando que cuando las aguas del río se volviesen cristalinas, volvería a contemplar su hermosa imagen en el río.
Todos los amaneceres miraba le roble al río esperando ver su imagen. . .
Un día, por fin, las aguas aclararon lo suficiente como para verse.
El roble no se reconoció al mirar su reflejo, levanto la vista buscando el viejo, destartalado, reseco y retorcido árbol, de ramas peladas y tronco partido que el río reflejaba. . .
Mucho tiempo tardo el engreído de darse cuenta que el reflejo de aquel horripilante árbol era el suyo.
El invierno ya había llegado a la
montaña y una gruesa capa de nieve cubrió con su manto la tierra castigada.
El roble sintió por primera vez el frío en su duro corazón, estaba viejo y cansado. Ningún animal de los alrededores se acercaba a él. . .
Si no hubiese sido tan arisco, ahora tendría quizás un nido de ardillas en mi tronco, las sentiría dormitar dentro de mi al abrigo del frío invernal. . .
Meditaba el solitario.
Una noche en que las temperaturas, habían bajado mucho y el viento soplaba cortante, un pequeño búho se poso en las ramas del roble. El roble por un momento pensó en sacudir sus ramas como hacia antaño para espantar a los pájaros.
Entonces el pequeño búho se acerco al agujero que el relampago causo en su tronco y comento con voz muy cansada;
- Dormiré aquí esta noche. estoy muy cansado de luchar contra el viento, si este árbol no estuviese tan desnudo me quedaría aquí para siempre -
Diciendo esto el búho se acurrucó dentro del tronco y se quedo dormido en un plis plas.
El roble, sintiendo el calor de aquel minúsculo cuerpo en su interior, se conmovió y sentimientos de ternura, amor, agradecimiento al pequeño búho pos su calor. . .
Hicieron correr de nuevo su savia hacia las ramas. . .
Al día siguiente el búho despertó y mirando sorprendido el árbol exclamo.
- muy cansado debía estar anoche, para confundir este hermoso roble con un árbol reseco, me quedare aquí, es un buen lugar para establecer un nido y tener mochuelos que revoloteen por sus ramas -
El roble que escuchó estas palabras, no entendía como el búho podía decir aquello. . .
Pero echando una mirada de refilón hacia aquella horrible imagen del río, observó con asombro que la imagen había cambiado y el reflejo le devolvía un hermoso árbol cuyas ramas repletas de hojas verdes estaban también llenas de preciosas bellotas verdes.
Como el invierno fue bastante duro muchos animales del bosque se acercaron al viejo roble para comer y refugiarse y el viejo roble que parecía rejuvenecido recibía encantado a todos aquellos visitantes.
Bueno, en esa montaña, a la orilla de ese caudaloso río.
Un roble centenario, crecía majestuoso, frondoso, grueso de tronco, de ramas repletas de hojas.
Este roble, engreído y fanfarrón, orgulloso e inhospitalario, contemplaba vanidoso su reflejo en las aguas cristalinas del río.
Las truchas y otros peces, que habitaban el río, murmuraban entre ellos que en ninguna otra parte de aquel río, había un árbol tan pagado de sí mismo como viejo roble.
Las ardillas y los pajaritos evitaban subir por su tronco y posarse en sus ramas, porque el roble sacudía estas mientras emitía un ronco aullido de rabia parra espantarles.
Me estropeareis las hojas, pensaba el vanidoso, romperéis mis ramas y ensuciareis mi tronco.
y así fueron sucediéndose los días, meses, estaciones,
Años, lustros. . .
Un día de un verano muy seco y caluroso el cauce del río comenzó a bajar de nivel. El viejo roble se había vuelto tan gruñón y huraño que hasta los peces habían abandonado aquel lugar. El viejo roble pensó que el nivel se recuperaría con las primeras lluvias de otoño y no le dio mas importancia.
El verano pasó y el cauce del río, antes caudaloso y cantarín, era apenas un hilo de agua que tímidamente intentaba abrirse paso por el fondo del cauce.
El viejo roble estaba entristecido, porque lo único que le entretenía en su merecida soledad era ver su reflejo en las aguas del río y ahora ni eso tenia.
Todos me abandonan, hasta el río tiene envidia de mi envergadura y fortaleza, por eso no se atreve a pasar a mi lado, se consolaba el orgulloso.
Llego el otoño con vientos muy fuertes, que arrancaron alguna rama del roble, al estar este muy seco por la falta de agua. El roble pensó que el viento celoso de su apostura le hacia eso para estropear su grandiosidad.
No sabía nuestro árbol, por no poderse ver en el reflejo del río que ahora estaba seco y resquebrajado, que sus hojas caían lacias y secas de sus ramas retorcidas. . .
La verdad es que no era ni una sombra de aquel reflejo, los pájaros que pasaban volando por allí, no se acercaban a él, no ya por miedo, si no porque les repugnaba el aspecto de aquel viejo árbol, casi seco, sin hojas, con las ramas resecas y quebradizas. . .
El viejo roble resistió orgulloso el embate del viento otoñal, creyéndose, fuerte y frondoso como antaño. . .
Durante el otoño apenas cayeron cuatro gotas de lluvia.
El roble observaba como el terreno se volvía árido y seco, una tormenta eléctrica a finales de noviembre, empeoro aun mas las cosas.
Un relampago partió el tronco del roble abriendo una gran cicatriz en su grueso tronco, y el incendio de la maleza reseca lamió parte de sus ramas.
El invierno se acercaba y con el al fin las primeras lluvias torrenciales, por el cauce seco del río un hilo de agua comenzó a pasar, primero tímido y lento, después con grande y furioso arrastrando en sus aguas turbias, los restos de troncos y ramas resecas, de arboles menos afortunados que el roble, que sucumbieron a la sequía.
El roble, se alegro de nuevo, pensando que cuando las aguas del río se volviesen cristalinas, volvería a contemplar su hermosa imagen en el río.
Todos los amaneceres miraba le roble al río esperando ver su imagen. . .
Un día, por fin, las aguas aclararon lo suficiente como para verse.
El roble no se reconoció al mirar su reflejo, levanto la vista buscando el viejo, destartalado, reseco y retorcido árbol, de ramas peladas y tronco partido que el río reflejaba. . .
Mucho tiempo tardo el engreído de darse cuenta que el reflejo de aquel horripilante árbol era el suyo.
El invierno ya había llegado a la
montaña y una gruesa capa de nieve cubrió con su manto la tierra castigada.
El roble sintió por primera vez el frío en su duro corazón, estaba viejo y cansado. Ningún animal de los alrededores se acercaba a él. . .
Si no hubiese sido tan arisco, ahora tendría quizás un nido de ardillas en mi tronco, las sentiría dormitar dentro de mi al abrigo del frío invernal. . .
Meditaba el solitario.
Una noche en que las temperaturas, habían bajado mucho y el viento soplaba cortante, un pequeño búho se poso en las ramas del roble. El roble por un momento pensó en sacudir sus ramas como hacia antaño para espantar a los pájaros.
Entonces el pequeño búho se acerco al agujero que el relampago causo en su tronco y comento con voz muy cansada;
- Dormiré aquí esta noche. estoy muy cansado de luchar contra el viento, si este árbol no estuviese tan desnudo me quedaría aquí para siempre -
Diciendo esto el búho se acurrucó dentro del tronco y se quedo dormido en un plis plas.
El roble, sintiendo el calor de aquel minúsculo cuerpo en su interior, se conmovió y sentimientos de ternura, amor, agradecimiento al pequeño búho pos su calor. . .
Hicieron correr de nuevo su savia hacia las ramas. . .
Al día siguiente el búho despertó y mirando sorprendido el árbol exclamo.
- muy cansado debía estar anoche, para confundir este hermoso roble con un árbol reseco, me quedare aquí, es un buen lugar para establecer un nido y tener mochuelos que revoloteen por sus ramas -
El roble que escuchó estas palabras, no entendía como el búho podía decir aquello. . .
Pero echando una mirada de refilón hacia aquella horrible imagen del río, observó con asombro que la imagen había cambiado y el reflejo le devolvía un hermoso árbol cuyas ramas repletas de hojas verdes estaban también llenas de preciosas bellotas verdes.
Como el invierno fue bastante duro muchos animales del bosque se acercaron al viejo roble para comer y refugiarse y el viejo roble que parecía rejuvenecido recibía encantado a todos aquellos visitantes.
http://patasyzarpas.blogspot.com/
por muy oscura que sea la noche, no tengo miedo. Encontraré el camino en los ojos de mi perro
por muy oscura que sea la noche, no tengo miedo. Encontraré el camino en los ojos de mi perro
- taliesim
- Mi foro y yo
- Mensajes: 9532
- Registrado: Jue Ago 06, 2009 9:30 pm
- Ubicación: basauri
- Contactar:
pues .... si de cosecha propia.
gracias....
gracias....
http://patasyzarpas.blogspot.com/
por muy oscura que sea la noche, no tengo miedo. Encontraré el camino en los ojos de mi perro
por muy oscura que sea la noche, no tengo miedo. Encontraré el camino en los ojos de mi perro
que bonito !!!!!!!! 

El galgo es el perro que más rápido cruzará el arcoiris para reencontrarse contigo , entonces paseará junto a ti para siempre; y nada te impedirá ver la sonrisa del galgo al amanecer
http://malagaperruna.wordpress.com/
http://malagaperruna.wordpress.com/
- borja191188
- Vivo en el foro
- Mensajes: 1260
- Registrado: Sab Oct 04, 2008 11:25 pm
- Ubicación: Castellon de la plana
Que belleza de relato...me están cayendo lagrimones. Tienes un don maravilloso, Taliesim.





¿Cuantos angeles caben en la punta de un alfiler?
Todos los que existen en el universo.
¿Cuantos angeles caben en tu corazon?
Todos los que tu dejes entrar.
http://expoacuarelas.blogspot.com
Todos los que existen en el universo.
¿Cuantos angeles caben en tu corazon?
Todos los que tu dejes entrar.
http://expoacuarelas.blogspot.com