Bueno, reabro el tema (aunque sé que no os quita el sueño, no mintáis) para contaros la evolución.
Ayer volvió a pasar lo mismo: hacía un frío del carajo, y yo me marché de casa dejando a los perros en el jardín. No fue mucho tiempo (una hora y media, o así), y se quedaron los dos, es decir, una situación habitual, que a Sira no le crea una ansiedad especial.
Pues nada, cuando volví, muchas fiestas y, a la media hora más o menos, cuando le entraron en calor las patas, empezó lo de otras veces: primero desasosiego, luego a relamerese compulsivamente y babear, y por último empezar a lamerse y lamerse y lamerse las patas hasta dejar un charco y ponérselas hechas una sopa.
El veterinario la ha estado mirando, y no se le ve nada especial. La única explicación que se le ocurre es que tenga mala circulación en las patas y que, al quedársele muy frías y luego entrarle en calor, le duelan y le piquen. Me dijo que le diera una dosis de corticoides para aliviar el pico y aumentar la irrigación, y fue mano de santo: se le pasaron todos los males. El veterinario alucinaba: dice que es el primer caso que ha visto en el que la exposición al frío provoque esa reacción.
Total, que si a alguien se le da bien hacer calceta y se ofrece a hacerle unos calentadores de patas a esta mozuela, ella sin duda os lo agradecerá enormemente.

"Si a tu perro no le gusta una persona, probablemente a ti tampoco debería gustarte."