Enola llegó a casa cuando yo estaba embarazada de nuestra cuarta hija, Claudia, que tiene ahora 3 añitos, nuestro segundo hijo, Rafael, que tenía en ese momento 4 añitos tenía PANICO a los perros y "no tenemos otra cosa que meter en casa un dogo alemán y de los grandes

" este no es un comentario nuestro, es el comentariio que escuchamos una y otra vez en aquel momento

Nosotros lo que siempre desde el primer momento hemos seguido con las mismas "normas" en casa para los perros ya que ya teníamos niños en casa y sabíamos más o menos las situaciones más o menos incómodas que nos podíamos encontrar, normas:
- no dejamos entrar en habitaciones
- enseñarles cuales son sus juguetes y cuales no
- nada de subir las patas para saludar
- no subirse al sofá
Enola ha crecido con estas normas y despues de la etapa de cachorro con sus cosillas como todos, ha ido genial. Luego ya viene la etapa de presentación, nada más nacer mi marido empezó a darle a oler ropita de ella y luego, por desgracia, como tuvo que estar la peke ingresada casi dos semanas en la uci pues nos dió más tiempo de lo normal para ir preparándola para sus olores.
Viviamos en una casa de dos plantas, abajo en el salón tenia la minicuna y durante el dia dormía allí, era curioso y bonito ver como Enola dormía tranquila y en cuanto la escuchaba llorar se asomaba a la minicuna para observarla y ver que estaba bien, eso si, me encontraba con cada refregón de babas por el filo de la minicuna de narices
No hay que volverse neurótico con este tema, es lo mismo que cuando tienes un hijo y viene el segundo (o el tercero, o el cuarto ...

) al que está en casa tienes que ir preparándolo para que lo vaya asimilando como algo natural no invasivo, y una vez el nuevo miembro está en casa dar y respetar a cada uno su espacio, su momento.
