Nos las encontramos con un día de vida en la basura abandonadas junto con su hermano. Seguramente algún cazador las habría dejado alli, nos comentó la veterinaria. Decidimos cogerlas y cuidarlas el tiempo necesario hasta que encontraramos a alguien que las adoptaran. Nunca antes habíamos tenido perros por lo que nos hacía ilusión y miedo a la vez.
Cuando ya teniamos colocadas a las hembras, decidimos que nos quedaríamos con una. Ya tenían tres meses y el cariño había crecido.
El primero en marchar fue el macho, llamado Yako. Al final, nosotros nos quedamos con las dos hembras, Sally y Maga.
De eso ya hace tres años y medio. Y estamos encantados con ellas!

Aquí con sus primeros días...

Aquí con unos cuantos meses...
Ahora esán más grandes y se han calmado en sus travesuras jeje