Ella nunca ha hecho mucho caso de los otros perros, huele y se deja oler, excepto algún caso.
Perro que veía me acercaba para que hiciera nuevos amigos. Pero he tenido la mala suerte de encontrarme a todos los agresivos y gruñones del barrio. No sé si la ven pequeña o que narices pasa. Pero el que no le gruñe se le lanza encima. Ha cogido miedo y se queda quieta.
Total hace un par de semanas quedé con un amigo ,que tiene un cachorra de cruce de labrador sabiendo que es una buenaza.
La pobre no es que le fuese hacer daño, pero se le lanzaba encima para jugar y le mordía el arnés. La mía harta del acoso le gruñó de una forma como nunca había hecho.
La reñí y la cogí porque empezaba a dar bocados al aire, tuve miedo que hiriese a la otra. Sé que no debí hacerlo, pero no supe que hacer.
Esta mañana, al sacarla a pasear se ha puesto a gruñirle a un bulldog e iba detrás suyo ladrando.Me he quedado

Así que de tener una perra sumisa con los otros perros se ha vuelto agresiva.
Ahora no sé si dejarla un tiempo tranquila que se calme o seguir obligándola a hacer amigos. Me inclino por la segunda.
¿Qué opináis?
Pedazo rollo he soltado.