HISTORIA DE UN DOGO ARGENTINO….
Un noble patriota peleando por volver del destierro…….
Yunco se crió en el núcleo de una familia como cualquier cachorro.
Acompañando a su dueño, él cual poseía una carnicería que abastecía a los restaurantes y hoteles del centro y las afueras de la ciudad de Tandil.
Cotidianamente realizaba el reparto, escoltado de su fiel can, instalado en el asiento del acompañante.
Una parada habitual era un famoso Spa, donde Yunco descendía de la camioneta y deambulaba por el basto paisaje serrano, hasta que su amo concluía con las ventas.
Yunco creció, se hizo adulto.Con esto, vinieron los conflictos del espacio donde vivía.
Un departamento en la planta alta, que impedía una buen convivencia entre el y su familia.
Día a día, iban apareciendo problemas propios de un perro de 50 Kg. en un lugar reducido.
Fue dura y triste la decisión pero Yunco debía irse.La mejor opción parecía ser el campo de unos amigos a 300 Km. de Tandil.
Partió y no hubo más novedades. En cada parada no faltaba algo o alguien que hiciera que su dueño lo recordara……
Pasaron varios meses, ya el trago amargo estaba quedando atrás.
Fue entonces cuando en una de las visitas al Spa, el dueño de Yunco se encontró con un dogo tirado al sol, hecho una bolsa de huesos, lleno de cicatrices y sarna invadiendo todo su cuerpo, los ojos pegados por la infección y sus oídos supurando fluidos por una avanzada otitis.
El perro levanto la cabeza, con la poca fuerza que le quedaba comenzó a mover la cola.
Con una sensación que le helo la sangre, el hombre llamo al animal por el nombre de su mascota que debía estar a 300 Km.
Casi como un fantasma, el dogo se puso de pie como diciendo:-Si, soy yo, tu perro Yunco!
A los pocos días de vivir en el campo, Yunco decidió resistirse a su nuevo destino.
Emprendió la vuelta y no lo vieron más.
Intento imaginar las historias que habrá vivido, las batallas que habrá librado por subsistir.Yunco corrió, llego y la nobleza de su espíritu me invade cuando pienso en ello.
Aunque muchos se esforzaron brindándole todo lo necesario.Yunco volvió a decidir y se dejo llevar por la muerte.Sin recriminar nada anadie, el había llegado con un solo objetivo, morir donde había nacido en los brazos de su dueño.
Franco Furriol
Gisselle Aldayturriaga
Dogo argentino un noble patriota tratando volver del destierro
me a conmocionado