Yo he de reconocer que tambien decia: que habra sido de el_barbas y el famoso perrillo???
porque anda que no dio de sí el post......
pero mira, al final no te fue tan mal???? me gusta mas este final,sinceramente.
Aquella duda gorda...
-
kenaitos
- Dios del foro
- Mensajes: 14615
- Registrado: Mié Sep 24, 2008 3:42 pm
- Ubicación: encima de mis pieses
- Contactar:
Las vueltas que da la vida!
Yo he de reconocer que tambien decia: que habra sido de el_barbas y el famoso perrillo???
porque anda que no dio de sí el post......
pero mira, al final no te fue tan mal???? me gusta mas este final,sinceramente.
Yo he de reconocer que tambien decia: que habra sido de el_barbas y el famoso perrillo???
porque anda que no dio de sí el post......
pero mira, al final no te fue tan mal???? me gusta mas este final,sinceramente.
Pidele a un perro que corra y será el mejor, pidele que busque y estará buscando todo el dia, pidele que caze y cazará siempre, pidele que sea un humano y no sabrá qué hacer.
Barbas, no puedo mas que sacarme el sombrero delante tuyo.
Ya quedó patente en un post de cuyo nombre no quiero acordarme
que eras una persona seria, pero al leer la explicación de porqué no te quedaste con el "leon" ("chapó" también para el criador que no te engañó) todavía queda mas demostrada tu madurez y tu seriedad.
Vío (el doberman ecológico ) es precioso ya te lo dije en otro post. Enhorabuena por el y por darle un hogar.
Gente como tu y historias como la tuya hacen que cada dia sea mejor entrar en este foro.
Ya quedó patente en un post de cuyo nombre no quiero acordarme
que eras una persona seria, pero al leer la explicación de porqué no te quedaste con el "leon" ("chapó" también para el criador que no te engañó) todavía queda mas demostrada tu madurez y tu seriedad.Vío (el doberman ecológico
) es precioso ya te lo dije en otro post. Enhorabuena por el y por darle un hogar.Gente como tu y historias como la tuya hacen que cada dia sea mejor entrar en este foro.
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción
Bueno, pues verás: Hace algunos años, un amigote mío de la infancia tenía un familiar que trabajaba en un picadero (de caballos, no de los otros). Un día, el familiar de mi amigo se pasó por allí a verle a lomos de un brioso corcel, llamado "Violador" (vaya tela).Rodro escribió:O sea, que de verdad son grandotes esos pastores, ¿no?
Te felicito por tu decisión. Has hecho muy bien. (Y en adoptar a Vío también).
Y, estoooo, una tontería...¿Qué significa Vío?
En resumidas cuentas, acordándome de aquello, me preguntaba cómo llamaría aquel sujeto al caballo en la intimidad: Violador, Viola, Violo, Vío... y entonces, en la soledad del hogar deduje que Vío, a secas, no sonaba nada nada mal. Así se llama el cuadrúpedo pues.
Nota aclaratoria: Su nombre es Vío, a secas, no es diminutivo de ningún otro nombre, no se me vaya a entender mal.
"Dicen que el tipo es soso..."
Por cierto, esta gripe ha tenido como consecuencia positiva el haberme acercado de nuevo a vosotros, todo hay que decirlo, pero mañana vuelvo a mi rutina laboral. Eufemísiticamente diría que soy un chico muy ocupado, pero la única realidad es que soy un puñetero esclavo de mi trabajo y no tengo tiempo ni para salir de copas con los colegas ni para echarme novia ni para nada.
De todas formas, esto no es un adios, solo es un hasta prontito. Siempre que tenga un ratillo me daré una vuelta por aquí para saludaros y colgar fotos de la "bestia".
Os estoy muy agradecido a todos por esta "rebienvenida". Un fuerte abrazo. Me habéis amenizado mucho esta semana de convalecencia.
De todas formas, esto no es un adios, solo es un hasta prontito. Siempre que tenga un ratillo me daré una vuelta por aquí para saludaros y colgar fotos de la "bestia".
Os estoy muy agradecido a todos por esta "rebienvenida". Un fuerte abrazo. Me habéis amenizado mucho esta semana de convalecencia.
"Dicen que el tipo es soso..."
-
aireesther
- Dios del foro
- Mensajes: 16757
- Registrado: Mar Sep 30, 2008 2:41 pm
- Ubicación: En algún lugar
Ahora que caigo, tampoco os he contado nada acerca de la fiera un día cualquiera con él. A principios de este mes (por contar algo para despedirme y echar unas risas a mi costa), dábamos un paseíto cerca de casa. Soleada y fría mañana en una zona de humedales por las que hay caminos largos y donde no suele haber apenas gente. Aprovechando la soledad, le dejé sin correa y ál trotaba a mi lado plácidamente. Hasta aquí todo bien ¿no?
De repente, emerge de éter un ave cuyo nombre desconozco, no sé si una paloma torcaz, tal vez una perdiz, puede que un colibrí, lo desconozco, que pasa muy próximo a nosotros en un vuelo rasante que recordaba al mismísimo Santillana en uno de sus remates en plancha. Vío, esclavo de su instinto, atrapa al bípedo aéreo con la mirada e inmediatamente, y sin capacidad de reacción por mi parte, da dos enormes zancadas y a la tercera, se eleva por los aires con intención de atrapar con sus mandíbulas a su posible presa (¿era un avión, era Supercoco, era Iker Casillas? Noooooooo, era Vío). El alado, con un grácil y ágil movimiento, pone rumbo al suroeste esquivando así la embestida del cánido que, aún en el aire, acompaña con la mirada a su frustrada cacería. Resignación en todo su ser.
La fuerza de la gravedad, implacable, actúa de manera irremediable con el cánido que, lamentándose de su mala fortuna, va a parar con sus cuatro garras en mitad de un lodazal que amortigua su elegante caída. Mi actitud para con él es reprobatoria. Le exhorto a que salga de donde se encuentra inmediatamente. Hace caso omiso. Impertérrito e imperturbable. Me pongo más serio, pero mis reivindicaciones no obtienen la respuesta por mí esperada. “Tendrá alguna dificultad para salir”, deduzco. Solución infalible: Echaré a correr y no tardará en darme alcance. Pero en mi carrera no soy perseguido por el animal, quien suplica con la mirada que le libere de donde se halla cautivo.
Enormemente contrariado, me dispongo a desvestirme de cintura hacia abajo. Temperatura estimada de dos, quizá tres grados centígrados. ¿Habéis visto Saw 4? Cuando el hombre aquel se autocortaba el pie con el serrucho al comenzar el filme, profería unos gritos que no alcanzaban ni la mitad de decibelios que mis alaridos en el momento en que mi pie entró en contacto con aquel fango gélido-acuoso. La vileza de la mente humana, sí, aquella vileza, durante milésimas de segundo, albergó en mí la posibilidad de abortar la operación – rescate para dirigirme al calor del hogar y una vez allí, deleitarme con un chocolate a la taza calentito… milésimas de segundos después, una vez desterrada aquella infame idea, alcanzo al aterrorizado animal y, sin demasiado esfuerzo físico, voy liberando, una por una, cada patita del animal con el hándicap para mí de que, cada tirón hacia arriba del can, supone mi propio hundimiento en el barro poco a poco y de manera paulatina. Cuando el cánido al fin se deja de ser reo del lodazal, en pocas zancadas alcanza el camino (tierra firme), mientras ahora soy yo quien pregunta al viento, a voz en grito, quien me ayuda a mi a desembarazarme del lodazal que lentamente me engulle. Presa del terror, del frío y del asco, alcanzo yo también tierra firme tras titánicos esfuerzos. Al borde de la hipotermia y muy muy sucio (o lo que es lo mismo, con más mierda que la barriga de una burra), vuelvo a calzarme pantalones, calcetines y botas mientras juro en arameo y lanzo furibundas miradas al animal.
Horas más tarde, Vío me merodea alegremente en casa preguntándose por qué ese avinagrado carácter en su dueño y llegando a la conclusión de que la especie humana es atrasada, salvaje e incompresible.
…simplemente Vío.
De repente, emerge de éter un ave cuyo nombre desconozco, no sé si una paloma torcaz, tal vez una perdiz, puede que un colibrí, lo desconozco, que pasa muy próximo a nosotros en un vuelo rasante que recordaba al mismísimo Santillana en uno de sus remates en plancha. Vío, esclavo de su instinto, atrapa al bípedo aéreo con la mirada e inmediatamente, y sin capacidad de reacción por mi parte, da dos enormes zancadas y a la tercera, se eleva por los aires con intención de atrapar con sus mandíbulas a su posible presa (¿era un avión, era Supercoco, era Iker Casillas? Noooooooo, era Vío). El alado, con un grácil y ágil movimiento, pone rumbo al suroeste esquivando así la embestida del cánido que, aún en el aire, acompaña con la mirada a su frustrada cacería. Resignación en todo su ser.
La fuerza de la gravedad, implacable, actúa de manera irremediable con el cánido que, lamentándose de su mala fortuna, va a parar con sus cuatro garras en mitad de un lodazal que amortigua su elegante caída. Mi actitud para con él es reprobatoria. Le exhorto a que salga de donde se encuentra inmediatamente. Hace caso omiso. Impertérrito e imperturbable. Me pongo más serio, pero mis reivindicaciones no obtienen la respuesta por mí esperada. “Tendrá alguna dificultad para salir”, deduzco. Solución infalible: Echaré a correr y no tardará en darme alcance. Pero en mi carrera no soy perseguido por el animal, quien suplica con la mirada que le libere de donde se halla cautivo.
Enormemente contrariado, me dispongo a desvestirme de cintura hacia abajo. Temperatura estimada de dos, quizá tres grados centígrados. ¿Habéis visto Saw 4? Cuando el hombre aquel se autocortaba el pie con el serrucho al comenzar el filme, profería unos gritos que no alcanzaban ni la mitad de decibelios que mis alaridos en el momento en que mi pie entró en contacto con aquel fango gélido-acuoso. La vileza de la mente humana, sí, aquella vileza, durante milésimas de segundo, albergó en mí la posibilidad de abortar la operación – rescate para dirigirme al calor del hogar y una vez allí, deleitarme con un chocolate a la taza calentito… milésimas de segundos después, una vez desterrada aquella infame idea, alcanzo al aterrorizado animal y, sin demasiado esfuerzo físico, voy liberando, una por una, cada patita del animal con el hándicap para mí de que, cada tirón hacia arriba del can, supone mi propio hundimiento en el barro poco a poco y de manera paulatina. Cuando el cánido al fin se deja de ser reo del lodazal, en pocas zancadas alcanza el camino (tierra firme), mientras ahora soy yo quien pregunta al viento, a voz en grito, quien me ayuda a mi a desembarazarme del lodazal que lentamente me engulle. Presa del terror, del frío y del asco, alcanzo yo también tierra firme tras titánicos esfuerzos. Al borde de la hipotermia y muy muy sucio (o lo que es lo mismo, con más mierda que la barriga de una burra), vuelvo a calzarme pantalones, calcetines y botas mientras juro en arameo y lanzo furibundas miradas al animal.
Horas más tarde, Vío me merodea alegremente en casa preguntándose por qué ese avinagrado carácter en su dueño y llegando a la conclusión de que la especie humana es atrasada, salvaje e incompresible.
…simplemente Vío.
"Dicen que el tipo es soso..."
-
InvitadaL
Solo espero , el_barbas que como primerizo que eres en la tenencia de perros te surjan muchas dudas en cuanto a sus cuidados y no te quede otro remedio que pasarte por aqui de vez en cuando a intentar resolverlas!!!! (Por no desearte otra gripe que te deje tiempo para estar con el ordenador)
Vuelve pronto!!!!!!!!!