
Querido Elliot:
Parece mentira que ya haya pasado un año, de hecho, jamás hubiese imaginado a alguien como tu a mi lado.
Sin ti, todos estos cambios que hemos vivido, hubiesen sido tan distintos... quien sabe, quizá no hubiesen ocurrido.
Hoy hace un año, por estas horas quizás, iba de camino a Carcagente, ansiosa por verte, ansiosa por cuidarte, aunque te había reservado y me había pasado los días anteriores mirando constantemente tus fotos, estaba ansiosa y deseaba acariciarte, verte, tocarte...
Hoy hace un año que llegaste a mi vida y la hiciste perfecta. Hoy, a estas horas, quizá un poco más, cuando me acerqué con Salut hacía la jaula donde estabas tu... tus compañeros de jaula me miraban, se agolpaban en la puerta, y me daba pena no poder llevarmelos a todos. Tú, estabas bastante inspirado con tu botella de plástico dentro de aquella destartalada caseta, no prestabas atención a nada de lo que ocurría, quizá llevabas tanto tiempo esperando en la puerta como los demás, que alguien viniese a rescatarte, que te habías cansado de pedir nada a nadie a través de aquella verja. Quizá pensaste que era mejor estar con la botella, ni siquiera tu nombre te despistó. Te estaba viendo y estaba deseando que me miraras, y vinieses corriendo hasta mi, pero pensé que era mejor esperar, nuestras miradas se encontrarían pronto y yo... ya te había cogido cariño viéndote a través de esa verja, con tu inseparable botella de plástico, pensé hasta en llevarmela, pero lo cierto es que a partir del momento en que te tuviese, tendrías todos los juguetes que quisieses...
Salimos fuera a esperarte y a empezar a firmar los contratos... cuando viniste, fue como si hubiese nacido cualquier ser humano, te pusieron sobre mis brazos y ahí sí, nuestras miradas se cruzaron y pude ver que mi corazón ya te pertenecía por completo.
De camino a casa, pensaba las mil y una maneras de hacerte feliz, todos los juguetes que ya te había comprado y que te compraría, las veces que te pasearía... tu me mirabas a mi y a nuestro tete, extrañado, quizá pensabas que era solo una breve salida...
Pero al llegar, y después de conocer a la Katty, fuimos a pasear, durante aquel paseo me robaste el resto del corazón que me quedaba. Tu mirada era especial, empezabas a percatarte de que ibas a tener un hogar, y no podías dejar de "sonreir", de mirar todo con ilusión, con los ojos muy abiertos...
Ahora te has acostumbrado a tener dueños, y nosotros nos hemos acostumbrado a necesitarte. Tu me has ayudado a adaptarme a una nueva ciudad, a hacerme llevadero mi gran salto a la adultez, a mirar hacia delante mientras pasamos de una parte a otra de este gran precipicio que nos presenta la vida cuando dejas de ser un poco niño. Gracias a ti me siento bien, física y mentalmente. Tú has conseguido que a alguien que no le gustan los perros, te haya tomado tanto cariño, tu "abuela" malagaueña, no te toca, pero te adora, te ha sacado a pasear y le gusta observarte y mimarte de otras maneras... y tu, nos demuestras cada día que pasa cuan agradecido estas con nosotros.
Pero te equivocas en algo, yo solo te di una mantita, comida, juguetes, ratos juntos y caricias, pero todo esto no lo hago por ti, si no por mi. Jugar contigo es tan divertido... jugando contigo puedo ser una niña otra vez, me haces unirme a la época dorada de la niñez, donde podías hacer cualquier cosa sin ningún sentido del ridículo. Acariciarte me relaja,químicamente segregan unas endorfinas que no sé qué... lo que yo sé es que acariciándote, se me elimina cualquier estrés, se me olvidan problemas y preocupaciones, y cuando, durante las caricias, me miras, me siento querida de una manera tan pura... que consigues avergonzarme.
Quiero ser tan pura como tu, tan divertida, en realidad... no te cuido para darte un hogar, si quiero hacerte feliz es porque necesito que lo seas para imitarte, porque es la manera más bonita y fácil de ser buena persona.
Y tu, me das las gracias por tan poco...
Eres único y lo único que deseo, para ti, es que hayas muchos años más como este, que celebremos este día muchos años más, que estemos juntos siempre. No es solo por ti, es por mi, porque te necesito, porque te quiero con el amor puro que quieren los niños.
Aunque hoy no sea tu cumpleaños, y no sepa cuando es, yo quiero celebrarlo, y este es el día idóneo, el día que llegaste a mi vida para hacerme feliz.
Gracias por cada uno de estos días, gracias.


Feliz cumpleaños, Elliot.