A mi, una vez, una compañera de trabajo me dijo que yo hice a Orson infeliz al adoptarlo y meterlo en un piso, porque le quité la oportunidad de que lo adoptara alguien con una casa y terreno para tenerlo.
Yo le argumenté, (todo lo educadamente que pude después del shock que para mí significa que insinúen que
hago a mi perro infeliz), que Orson lo único que quería era estar con gente (con nosotros), que cuando lo llevábamos al monte a correr, a la tercera carrera ya estaba tumbado al lado nuestro, que sólo quería cariño, pero ni me escuchaba.... Incluso me llegó a decir que era egoísta por no darlo a otra persona con más terreno para "que fuese feliz".
Le expliqué que llevaba tiempo en la protectora y que nadie lo adoptaba porque no podía ni acercarse a otro perro (ahora lo lleva muuuuuucho mejor!!), que estaba en los jardines de la prote y que había saltado la valla (de casi 3 metros) las veces que se quedaba solo para ir en busca de gente y mimos..... No sirvió de nada. Como hablar con la pared...
Finalmente le pregunté cómo ella, sin haber visto a mi perro nunca, podía saber que no era feliz. Me contestó (agarraos, que tiene tela) que porque ella no sería feliz en un piso pequeño con sus padres y sus 3 hermanos, sin "suficiente espacio vital" ni un rincón de intimidad, teniendo que rozarse contínuamente al ir de un lado para otro

(ella siempre ha vivido en una Masía con muchas tierras).
Le dije que el 80% de familias normales vivía así y que la mayoría eran muy felices. Me contestó que entonces toda esa gente debería privarse de tener perro, porque ya bastantes eran en casa.
En fin.... No había más que decir...