Gigi, ¿qué es lo del Parque?
Y ahora las aclaraciones: como los perros se saltaban una vallado insuficiente a todas luces, les ha podido tocar y acariciar casi a su gusto, pues obviamente no podía meterles dentro de su casa (o eso creo) pues andábamos buscándoles y normalmente aparecian por ahí, venían del monte o del valle, por lo que esto último lo descarto, pero sí sé que en alguna ocasión él los ha metido dentro de casa (como favor de buen vecino). De esta manera y con otras artimañas, se ganó el que los perros no le ladraran como al resto de vecinos o personas que se acercan o pasan por allí.
Esto le ha permitido comenzar una campaña consistente en que los fines de semana, desde hace unos meses, él se acerca sigilosamente, y como los perros en principio no le ladran, abría la puerta un poco nada más, y se largaba del mismo modo que había venido. Esto seis o siete veces durante el fin de semana. Supongo que esto daba le daba un aire de cierta normalidad al asunto, de tal manera, que ya de noche, sin luces, podía hacer lo mismo e introducirse hasta la puerta de la casa, la huerta, los edificios anexos, o lo que le viniese en gana. ¿Para qué? Pues por tocar las narices supongo, por intentar hacer que yo perdiera los papeles al mandarle a algún sitio, sin prueba alguna. No he echado en falta nada, y bueno, si ha visto algo a lo que no esté acostumbrado, pues que lo disfrute, porque bastante hambre debe pasar. La cuestión es que por aquí ya ha tenido alguna polémica con algunos vecinos por cotilla.
No puedo denunciar nada, porque no tengo pruebas. No puedo perder mi tiempo controlando si entra, abre la puerta o qué hace. No puedo denunciar a alguien por silbar a los perros, no puedo denunciar que haya puesto un espejo, no puedo denunciarle por abrir la puerta y marcharse si ni siquiera tengo pruebas, no puedo denunciarle por plantarse al mediodia o a la hora que sea en la puerta de mi casa, sin que yo me haya entereado, porque la cancela está abierta. Además no me serviría de nada avisar a nadie, porque tardarían un buen rato en venir (si es que vienen). Aquí estoy solo contra este elemento. Podría grabarle (o intentarlo), pero obviamente yo no estoy pendiente las 24h de la puerta, y no voy a estarlo, aunque al menos me serviría para poder sacarle los colores.
Soy yo quien le tiene que poner coto a sus maniobras, sea cual sea su finalidad, y en ello estoy. Mi duda surgió acerca de cómo conseguir que los perros le dejaran de ver como a alguien común y amistoso. De momento, tal y como llevamos la relación vecinal, los perros parece que van respondiendo y espero conseguir ese objetivo. Lo demás, pues con cerrar la puerta ya me vale, porque lo que si tengo claro es que si una vez cerrada me le encuentro dentro, la historia ya cambiaría totalmente.
Este fin de semana, que supongo volverá por aquí, sí que voy a estar pendiente de "su primera vez", cuando al ponerse el mono de faena o el de hacer el *********** se acerque hasta mi puerta y la abra (o lo intente) con fragilidad .

. Ya os contaré.