piriwiki escribió:Yo he hecho un curso online de perder el miedo a volar, y aunque no lo he perdido, voy con menos miedo.
Ah, y sobretodo decirlo en cuanto entres al avión a las azafatas "me da miedo volar, tengo aerofobia", lo leí en uno de los cursos, y es cierto, este verano cuando fui a Mallorca lo dije a la ida y a la vuelta, y la azafata en 40 min de vuelto vino dos veces a mi asiento, con expresión supertranquila, sonriente a hablar conmigo, que qué tal estaba, que estuviese tranquila, que tal... te ayudan cantidad.
Si?? Wooww. no sabía eso de que venían y todo
Me dejas mas tranquila jajaja pero siendo como yo soy.. si ya soy muy nerviosa normal.. agarrate si me ves subida a metros y metros del suelo en un aparato que hace cosas raras... Te digo yo que las azafatas vienen una vez y no mas.
jajaja, a metros y metros...???? yo diría ma´s bien a algún kilómetro que otro.....
A ti te harían como en no recuerdo si fué una serie, una peli o el qué, que se iban poniendo en fila pa darte de ostias en la cara....jajajajjaja, así te quedabas tranquila.....
Ellos son la mejor compañía:no juzgan,no discuten,no critican.Te aceptan y punto.
Yo he volado dos veces, una en avión comercial, y otra en un avión poco usual... y menuda pasada!!! (vomité durante el vuelo y todo, pero repetiría!!!!)
piriwiki escribió:Yo he hecho un curso online de perder el miedo a volar, y aunque no lo he perdido, voy con menos miedo.
Antes me llegaba a tomar un Orfidal para poder subir... hjajaja, y no pestañeaba siquiera, así que imagínaate el grado de pavor que tenía.
Ahora voy con miedo, pero sin drogas, razonando y acordándome de lo que he leído.
Aun así es un curso que quiero hacer (el güeno) es por Iberia y vale 350 eurazos y dura un finde pero conozco gente que lo ha hecho y ahora va durmiendo en el avión. Lo da un psicólogo y un piloto.
Tú tienes familia, pareja, amigos, compañeros... tu perro sólo te tiene a ti.
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción