
Ahora está durmiendo la siesta en su cama al lado de mi sofá (donde también suele dormir). Se ha adaptado genial, la primera noche solo lloró una vez y resulta que era porque quería hacer sus necesidades, y como se había acostumbrado a estar en una finca solo quería hacer pis en tierra, asi que ha venido educada a pedir que le abran la puerta para hacer pis en el jardín. Es increible la alegría que ha traido a la casa después de lo mal que lo pasamos ( y seguimos pasando) por la pérdida de nuestro anterior bicho.