Ronda, la podenca entre galgos.

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red_dream
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Ronda, la podenca entre galgos.

Mensaje por red_dream »

Bueno... no sabía cómo presentaros a Ronda, pero... ha llegado el momento de contaros ésto :mrgreen:

Ésta es Ronda:

Imagen

A Ronda la encontramos en el Rincón de la Victoria, abandonada en el campo. Se acercó, suponemos que buscando comida, a la casa de una amiga nuestra que ya tiene tres gatos y una galga (uno de los gatos, además, tiene el "sida" canino). Era una cachorra de 4 o 5 meses, tan solo, muy sumisa, delgada y miedosa. Por las noches, se la escuchaba chillar y por el día amanecía con marcas de haber sido mordida por otros perros abandonados que vagaban por la zona, posiblemente no la dejasen apenas comer.

Empezamos a idear la manera de sacarla de allí, además era la época de lluvias torrenciales y mucho frío, tan pequeña, asustada y casi sin comer, agredida por otros perros...

Nosotros no tenemos refugio (colaboramos en uno, pero no es nuestro, por lo que no podemos meter perros porque sí), así que mi amiga Cristina, Amalia, la chica que la encontró por primera vez y yo decidimos buscar una residencia y pagarle la residencia hasta que consiguiéramos adopción.
Victoria, una muy buena amiga dueña de dos podenquitas, también se unió.

Dio la casualidad que el refugio donde colaboramos (del que os hablaba) "Galgos en Familia" (que se dedica a salvar galgos, como su nombre indica y que algunos ya conoceis) estaba en una de esas épocas en las que quedaba algún sitio y Vera, quien gestiona el refugio, se ofreció a acogerla en él.

Su nombre lo eligió Cristina, porque decía que la perrita iba rondando a Amalia (la chica que lo encontró) y con ella a todos nosotros. La perrita, que ronda, Ronda.

Así estuvo hasta el domingo pasado, en que celebramos un paseo contra la caza con galgo y por la dignidad de los perros de caza. Esa semana, entre medias de la vorágine de los cachorros de la presilla (de los que os hablé en el post de la intrusa en casa, si no recuerdo mal), salió una adoptante para Ronda que aseguraba que sí, que sí, que quería a la perra y el domingo se la llevaba, seguro.

Y llegó el domingo, con todas las ilusiones puestas en su adopción y en que por fin podría descansar al entregar los cachorritos a su casa de acogida.

Y llegó el desastre. Cuando llegamos a la manifestación y aquella chica conoció a Ronda, todo se vino abajo, otra vez para ella (que ya salió una vez en acogida y duró un sólo día, ganándose la fama de destrozona). "No hay feeling, la perra no me ha llamado y yo no he llamado a la perra".

Ronda estaba asustada. Primero estaba en el campo, luego en el refugio, rodeada de perros con los que ya tenía confianza, igual que con los voluntarios. Pero todo aquello era tan nuevo para ella, la ciudad, el asfalto, los coches, tanta gente desconocida, tanto perro, el ruido... Ronda estaba asustada, un tanto bloqueada. No estaba para hacer llamadas...

Un poco de paciencia, quizá, lo hubiera hecho diferente. Pero de cualquier manera, Ronda tenía que volver al refugio a seguir esperando.

Estábamos todas cabreadas, nerviosas, decepcionadas. Ronda significaba mucho para todas nosotras y ver que de nuevo perdía la oportunidad de dormir calentita en unas mantas, nos rompió el corazón, otra vez.

Y entonces se obró el milagro, o más que milagro, el corazón tan grande que tiene mi partenaire se puso a trabajar un día más.
Yo estaba atacada, los cachorros de mano en mano sin saber en qué manos estaban, la adopción de Ronda caída... Él me llevó aparte, nos sentamos en un bordillo y el plan se empezó a fraguar.

Entre palabras y estrés, me rompí otra vez. Me eché a llorar como una niña chica, implorando lo injusto que era que Ronda no pudiera tener el final que cualquier perrillo se merece, maldiciendo la desgracia que supone ser un podenco en Andalucía.
Y entonces las palabras: "Nos la llevamos a casa".

No era una pregunta, ni una sugerencia, era una afirmación. Comencé a dudar y a decir que si lo hacía por mis lloros, no, no nos la llevábamos, que habíamos pactado tener dos perros, no tres.

Pero él insistió: Nos la llevamos. Ronda estaba en manos de una chica que decía que la iba a acoger, y yo se lo repetía a él. Y me volvía a decir "Nos la llevamos".

No sé cómo fue después, pero estábamos todas abrazadas porque me llevaba a Ronda en acogida, o en adopción, o en acogida, no lo sé.
Cristina me decía: Venga, llévatela en acogida y ya vendrá lo que tenag que venir. Pensadlo bien.

Y volvíamos todas a llorar por Ronda.

Y así fue que Ronda se vino a casa. Y entonces empezó otra vorágine, la del destino que llaman algunas y que sacan a relucir ésto...


Imagen

Ésta foto me la hicieron sin darme cuenta uno de los días que fuimos al refugio a echar una mano. No había día que no cogiera a Ronda en brazos para darle un beso. Como digo, Ronda nos tenía a todos conquistados. Por alguna extraña razón, era muy especial para todas, quizá la más especial dentro de un lugar donde todos los perros te roban el corazón.

Y salió a relucir en varias ocasiones, por varias personas que decían que Ronda estaba predestinada y no sé cuántas cosas más...

Unos días después, terminó la meditación y... Ronda sigue en casa, pero ya no acogida, si no adoptada.
Como Emy, hemos aumentado la familia en uno, en una y ahora ésta hermosa podenquita de casi 9 meses va a pasar el resto de su vida entre mantas y junto a Elliot, Sookie, y éstos dos humanos que... en fin 8)

Espero que os guste mi Rondita, es preciosa, como podéis ver y un completo encanto.
Le falta dominar el tema pipis, porque la pobre no sabe aún que el pipí se hace fuera, y dominar el tema paseos (anda muy bien con correa, pero a veces se bloquea). Es bastante insegura, pero lo superará, como ya ha hecho con muchas cosas, muy sumisa y, para la edad que tiene, muy tranquilita.
Es un cielo y nos ha ganado con esa mirada tan dulce. Nuestra podenquita entre galgos :kiss:

Besitos a todos.
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