
Me hice para comer macarrones con pollo en salsa de jalapeños, que no veas como picaban, y para que yo diga que algo pica es que pica muchísimo, porque me encanta el picante y casi nunca me pica nada.
Bueno los macarrones con salsa de jalapeños estaban buenísimos, aunque la próxima vez los haré con menos jalapeños. Pues me sobraron para el día siguiente comer otra vez.
Tenía la sartén encima del mármol de la cocina, al fondo de todo, pues mis dos queridísimas hijas de satanás, Naia y Dunia, tiraron la sartén al suelo y se zamparon todos los macarrones, cuando escuché el ruido de la sartén caer y llegué a la cocina ya no quedaba ni un solo macarrón. Y Dunia y Naia se relamían como si hubiesen comido el mejor de los manjares.
¿Pensáis que les sentaron mal? Pues NO, ni un vómito, ni una diarrea, ni malestar porque les doliese la tripa, absolutamente nada.
Yo que me pasé todo el santo día preocupada por si les sentaban mal los jalapeños y se ve que estas dos tienen el estómago a prueba de bombas.