Hace un tiempo murió un anciano que vivía en mi calle. Tenía un perro precioso, muy parecido a Cabo por cierto, y lo veías cada día sacando al perro aunque estaba enfermo. No lo soltaba nunca, y siempre lo llevaba corto, pero es algo que veía lógico dadas las circunstancias.
Bueno, desde que ha muerto, su familia se hace cargo del perro. Como mínimo es de agradecer que no le hayan dado la patada.
Pero siguen sin soltarlo nunca, lo llevan con la correa corta a dar un paseo no demasiado largo y vuelven a casa.
Ayer estaba yo en los campos de detrás del pueblo, con Gaia suelta corriendo por ahí y Dama atada aún (porque con la edad se ha vuelto escapista y sólo la suelto en sitios muy concretos).
Pasó un hombre llevando al perro en cuestión, y Gaia, como es normal, se acercó a ver si se podía jugar con él. Pues nada, que no les dejó ni olfatearse, le dio un tirón seco al bicho y se lo llevó. Cogí a Gaia para que no le molestase (porque pensé que igual había algún motivo por el que no quisiera que jugaran, yo que se...), y le di las buenas tardes al hombre. Pues el muy borde ni siquiera me miró, se dio la vuelta como cabreado (¿porque mi perra se ha acercado a oler al suyo?) y se largó.
Y eso teniendo en cuenta que somos vecinos... y en un pueblo los vecinos son sagrados, hay que saludarlos siempre
Hay gente borde...
Que te voy yo a contar . . . . .arya escribió:Hay gente muy rara. Si cuando ven a la mía que es una chi, hay dueños que atan a los suyos.
Y eso que por ahora no se ha comido ninguno.
Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. Él será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción