Hola,
Quizá este foro no es para poner la historia de un animal casero, que vivía con una familia hasta que hoy lo he encontrado moribundo.
Se trata de un conejo, de raza y albino.
Al parecer, todo indicaba que lo habían arrojado por un terraplén desde un coche en marcha, dentro de la jaula, ya que yo lo encontré fuera de la jaula, la jaula rota y el comedero y bebedero desperdigados por el terraplén.
Mi crítica, además de a las personas que hicieron esta salvajada, es a las protectoras de animales.
Sí, a algunas protectoras de animales.
Resulta que el conejo, Oryctolagus cuniculus, no es un animal.
Cuando lo hemos recogido, y antes la imposibilidad de contactar con la Sociedad Protectora de Conejos de Madrid, hemos decidido llevarlo a ANAA (Asociación Nacional de Amigos de los Animales). Y resulta que, además del hecho de que si es domingo no recogen ni perros (no es el primero que me tengo que comer con patatas por que "no les cabe" y me dicen que lo deje donde sea, de hecho, mi perra First fue "abandonada por ANAA"), además no lo cojen por que ES UN CONEJO. Cierta la afirmación de Amigos de los Animales. Perdonen ustedes que yo desconociera que un conejo es una planta.
Como no lo han cogido, hemos ido a APAP (Asociacion Protectora de Animales y Plantas) y, tras decirnos que no tienen veterinario (he sido voluntaria y sé que lo tienen), nos mandan a la perrera.
Se ve que el conejo ni siquiera es una planta.
Sólo quería perdir perdón por enternder mal las cosas, y pensar que un conejo tenía derecho a una vida y muerte dignas, un conejo que había sido querido pero se habían aburrido de él, lanzándolo por la ventanilla de un coche en marcha, queriendo que muriera lenta y agonizantemente. Cuando era tan simple haberlo regalado, o haberlo soltado en el campo, o qué narices, antes que esto, haberlo matado.
Esta es mi crítica, ya que se critica mucho a las perreras, pero en este caso, han sido la salvación a la muerte lenta y dolorosa de este pobre animalito, que nació como animal pero carece de los derechos que tienen sus primos perros, gatos o pájaros.
Con esto sólo quería desahogarme, ante la impotencia de no poder hacerme cargo del conejo, pedirle perdón por no haberle podido salvar, y gritar a la cara de esas protectoras que ponen la cara para las cosas televisivas o llamatibas, pero no la ponen ante casos de urgencia, de animales realmente heridos, necesitados de amor, como este conejito, que a pesar de sus dolores, de haber sido maltratado de esta manera, aún buscaba mi mano para que le acariciara la cabeza.
Lo siento, pequeño amigo, naciste desprovisto del derecho de ser un animal.
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