Ejemmmmm
Pues que quedé con Alberto (antes de vivir juntos, se entiende), y nos fuimos por ahí.
Antes de seguir hago un inciso. Yo... digamos que muscularmente en temas físicos tengo un don. Me puedo estar meando toda la mañana y aguantar estoicamente. Y como tengo otro don para olvidarme de todo, también se me olvida que me estoy meando

y a lo mejor paso doscientas veces por delante de un sitio con baños, y me acuerdo de que me estaba meando cuando no tengo ninguno a la vista.
Tras este breve inciso paso a contar la historia. (Que es absurdamente corta, y absurdamente absurda).
Pues recojo a Alberto y nos vamos toda la tarde de pingoteo, llega la noche, dejo a alberto en su casa y nos tiramos hablando dos horas en el coche (yo me meaba desde ANTES DE SALIR).
Pues ya desesperada porque ya la cosa se vuelve urgente, me voy a mi casa.
De la ex-casa de Alberto a mi ex-casa hay exactamente 6 km, 10 minutos en coche.
A los 2 minutos no pude más.
Se me escapó un pelín, pero he de reconocer que el placer fue inmenso. Así que pensé "bah, ya puestos..." y escurrí hasta la última gota de sudor.
Así que volví a casa sentadita en una estufita de calor. Eso sí, al salir tela marinera, fue en invierno.... (el invierno pasado, concretamente).
Gracias al cielo como era de noche e invierno, la calle estaba vacía y nadie me vio.
