Cuando usted abandona un perro porque ya "no le sirve", sus hijos aprenden la lección.
Quizás hagan lo mismo con usted cuando sea un anciano. Piénselo.
El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).
"Considerar todo cuanto acontece como accidentes o episodios de una novela a la que asistimos no con la atención sino con la vida. Sólo con esa actitud podremos vencer la malicia de los días y los caprichos de los acontecimientos". F. Pessoa.