Esta noche por el norte ha habido un temporal de viento del quince, cuando me he levantado era tan fuerte que ni he sacado a los perros para que no se les llevara (sí, mi pobre Danita es aerodinámica con viento, hoy incluso yo lo era

). Yo vivo en una urbanización y aparco el coche en esplanada interior, así que me piro, me voy a por el coche y veo en el suelo la antena del edificio que la había arrancado el viento; miro, todo negro que daba gusto, cojo la antena y pienso, mejor la meto para casa antes de que la robe alguien, llamo al administrador y que vengan a por ella. Compruebo los canales, se ven todos, me quedo con cara de eins??????? pensando ¿y esta antena de qué coño es??? Chus a todo esto ceporro sin enterarse de nada.
Vuelvo a la calle, ya justísima de tiempo, abro el coche, me voy a sentar y veo algo brillante en el asiento, yo no he llevado nada con lucecitas ni purpurinas en el coche, y menos en mi asiento, paso la mano, me quedo un poco extrañada, levanto la cabeza y veo HORRORRRRRRRRRR, la pvta antena había aterrizado en mi coche rompiéndome el parabrisas. He subido a casa a robarle el coche a mi marido para ir a trabajar, con doscientos improperios y mierdas varios

. El golpecito me ha hundido además un poco el techo (donde ha golpeado, poco pero ahí está) y arañado la aleta ligeramente. Entro al pueblo y control de la guardia civil, menos mal que no me han parado, porque si en mi coche la guantera es un caos en el de Chus no sé dónde está nada. He llamado al administrador de la comunidad para pedirle los datos del seguro, porque esto lo tienen que cubrir.
Así que para celebrar que este año en el curro no hacemos ni siquiera una de vinos, por lo que parece, esta tarde mi coche tiene una cita con la grúa y el taller para cambiar la luna, y ahora a ver cuánto tardan los seguros en ponerse de acuerdo y arreglarme la chapa, yo de verdad creo que es día trece y no me he enterado

El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).