Miro tus ojos, me huyes, intentas refugiarte en el sofá al lado de esa señora, no,no quieres irte de ahí, donde te han cuidado y dado cariño. Me siento a tu lado y te acaricio, empiezo a hablarte, flojito, despacio, hasta que acabas apoyando tu cabeza en mí. Te miro y lo sé, ahora me vas a dejar quererte.
Tres años desde ese día, tres hermosos y a veces largos años, hoy mi niña guapa empezamos nuestro cuarto año juntas. Tus ojos recuperaron su sonrisa, y te ríes cabra loca, vaya si te ríes, mucho más que Bogart, hasta hemos descubierto que eres más juguetona que él, sólo necesitas encontrar con quién.
Cachito, siempre recordaré ese día tan especial en que entraste a formar parte de nuestra familia, te quiero Dana

El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).