Al día siguiente se lo comenté a mis padres. Ya se lo había dicho muchas veces, antes de estar mal, y me decían que no (mas que nada por la mala experiencia con el anterior) pero me veian tan mal que aceptaron.
Esa misma tarde me fui con mi hermano a informarnos de camadas. Un boxer, un bullterrier...... Lo que si que tenía claro era que quería un perro fuerte. Un perro que me hiciese volver a ser lo que habia sido antes de caer enferma. Que me obligase a hacer ejercicio con el tantas horas que cayese rendida por las noches y no tuviese que medicarme para dormir. Que por su caracter, me hiciese sacar el mio, obligandome a ser mas fuerte que el. Tenia que volver a ser fuerte.
Cuando volviamos de ver una camada de Bull Terriers que tardaban dos meses en darme, pasamos por una tienda. Había un American Stafford atigrado, monisimo. Entramos a preguntar?? Total, que entramos, nos informamos un poco.... Era muy precipitado. Pero el dependiente saco al perrito, jugamos con el, lo cojí, y me dio un lameton en la cara. Diosssss.... ME LO LLEVO!!!!! Había que hacer papeleos, asi que hasta la mañana siguiente no pude ir a buscarlo. Era la primera noche que no podia dormir, pero con una sonrisa en la cara.
A la mañana siguiente sali corriendo de trabajar y fui a por el. Me dijo mi hermano que esperase a la tarde que me acompañaría, pero no podia esperar!!!!!!!!
Cuando llegamos a casa, lo saqué del transportin, y recuerdo que se quedó agazapado en un rinconcito del salón, mientras mi madre lo examinaba diciendo: Este perro se va a hacer muy grande......
Le puse agua, y me puse a jugar con el, sentada en el suelo. Y paso del agua y de los juegos. Se hizo un ovillo en mis piernas y se quedó dormido. No se me olvidará nunca.
De aquel día hoy hace un año. Y gracias a el, no he vuelto a estar triste. Ya no me tengo que medicar, ya no tengo que ir a especialistas. Cuando me da el bajon, solo tengo que decir la palabra mágica. Drako!!!!!!!
Gracias cachorro.

