Pues bien , os cuento. Ayer cuando fui a recoger al niño al futbol me pegué un piño con el coche.
Llego al aparcamiento del campo, todo a oscuras, todas las farolas apagadas y veo un sitio para meter el coche.
Pendiente del hueco no veo una farola (además las muy cabr***s estan pintadas de negro. . .) y me la comí.
El coche quedó talmente como este, solo que el mio no es un ferrari:

Lo siguiente os lo podeis imaginar: una hora esperando a la grua, hora y media esperando que me atendieran en urgencias, dos ojos morados e hinchados y un boquete en la frente.
Para seguir, toda la mañana mirando coches nuevos . . .
Estoy de un cabreoooooo.