Monte escribió:Sylvia escribió:Excenticidades ha habido toda la vida, desde Los Egipcios hasta nuestros tiempos.
Al estudiar Maquillaje una de las asignaturas era Historia del Maquillaje, estudié Egipto, Grecia, Roma, la Edad Media....... Hasta los años 90.
Creedme que se hacían verdaderas barbaridades.
Por ejemplo, y haciendo referencia a lo de esta mujer. En el siglo XIX las mujeres llevaban corsé, se quitaban dos costillas para reducir la cintura, lo que provocaba que los riñones subieran hacia arriba y se retirara la menstruación. Se sabía de una mujer que llegó a tener la cintura tan pequeña que no se podía levantar, porque su cintura no aguantaba el peso del busto y la cabeza.
Hoy en día lo de esta mujer es asqueroso.
Bueno, también Jane Fonda se quitó dos costillas para marcar la cintura (o eso dicen las malas lenguas). Y, en la posguerra, las mujeres bebían vinagre para tener la piel pálida.
Definitivamente los que menos atrocidades hacían con su cuerpo eran los egipcios, los romanos y los griegos.
En la Edad Media, la piel debía ser muy blanca y los párpados abultados, para conseguirlo se arrancaban las pestañas y se echaban zumo de limón en los ojos. También se llevaba la frente de fenestrada, consistía en depilarase cuatro dedos de pelo con cal viva hervida y aceite de sulfato de arsénico.
En el Renacimiento las personas debían tener la piel muy pálida y mate, con venas en los párpados, se decía que al beber vino se tenía que ver su paso por la garganta.
En el siglo XIX tanto hombres como mujeres se lavaban la cara con un líquido alcalino, después se extendía una capa de yeso para rellenar arrugas y encima se ponía un esmalte de arsénico y plomo, esto se llamaba esmaltado del rostro y duraba varios meses, pero si la capa era muy gruesa se agrietaba al menor movimiento, a parte era cancerígeno.
En el estilo Burgués debían parecer tristes, con sensación de cansancio. Tanto hombres como mujeres bebían vinagre o no dormían para parecer más demacrados.
De 1900 a 1910 el cuerpo de una mujer debía parecer una S. El cuerp femenino debía comprimirse y cubrirse de postizos para crear la forma de un reloj de arena.
En el siglo XX ya no se hacían tantas excentricidades, al menos no que fueran nocivas para la salud.