No fuiste la cachorrita que había soñado, en vez de dulce eras una gruñona de cuidado. Así, que ambas debimos aprender, tú a confiar en mí y yo a intentar ser una buena dueña.
Sin duda, te ha tocado "sufrir" mis errores de novata y por ello te pido disculpas.
En el transcurso de este aprendizaje hemos conocido a gente maravillosa, de la cuál no sólo hemos aprendido y seguimos haciéndolo, si no que también queremos.
Seguramente, no seas perfecta pero tampoco lo pretendo, para mis ojos eres la perra más buena y lista.
El tiempo ha pasado demasiado rápido, ahora me pregunto cómo pude vivir tanto tiempo sin ti, no concibo llegar un día a casa y que no vengas ladrando con algún juguete en la boca, sin duda el mundo será un lugar más triste cuando ya no estés.
Apartemos el futuro, que todavía tienes mucho tiempo por delante y sigamos hablando de ti.
Ya no eres esa ratita gruñona si no una dulce comilona, tu sitio está al lado o encima nuestro, nunca sola y cuando más feliz eres es cuando toda tu familia sale de paseo contigo.
No puedo acabar este escrito sin darte las gracias, por enseñarme un nuevo amor, por las risas, por tus mimos y por alegrarles los días a los abuelos.
Te quiero demasiado y aún así te mereces más.
Felicidades gordi!!!!


