Yo a mi perro de vez en cuando le doy días de dieta BARF, y esos día no toca nada de pienso (se me haría muy lioso). Y viceversa.
Y pesar la comida, viendo las piezas muchas veces ya no lo peso. Por ejemplo, una alita y un muslo de pollo suele rondar la cantidad recomendada de carne que le tengo que dar diariamente.
El día que tengas planeado darle a tu futuro perro la dieta BARF, ten un buen congelador a la mano

. Yo tengo un congelador normal, y como mucho, mucho puedo meter 3 kilos de su carne. Y lo malo si hiciese la dieta BARF no es que tuviese que ir cada dos por tres a la carnicería, sino que económicamente no me sale rentable. Si voy directamente y le digo, mira, tenme preparado al mes 11 ó 12 kilos de carne, seguro que me rebajarían el precio (de vez en cuando ya me lo rebajan cuando digo que es para un perro -me pillan las piezas más fea, pero que no están malas-), y ya no sería lo mismo, además de la comodidad que eso tiene.
Yo el único cambio que sí he notado desde que mi perro ha comido comida natural es que, me pilla la comida de la calle

. Voy a especificar: la carne.
Jamás en la vida se ha comido la comida de los gatos del parque, nunca (lo mismo le echan pienso, latas, un tipo de alimento que parece asqueroso como si fuese papilla -ni idea de lo que es-, pescado, pollo...). Cuando él la olido o la ha visto, ha bastado con un Dady vamos, y se ha olvidado de la comida por completo, nunca ha mostrado un interés mayor. Lo mismo que si veía cualquier tipo de comida similar en la calle, incluso los envoltorios con restos, nada.
Pues desde que empecé a darle carne cruda, para mí sorpresa y asombro todo se ha ido al traste.
Empezó a comerse la comida de los gatos, de hecho, ahora la busca, y se la come le diga lo que le diga y lo castigue como quiera. Si me acerco y lo empujo, sí, para, pero basta para que emprenda de nuevo el paseo y un abrir y cerrar de ojos lo tengo de nuevo comiendo

.
No hace mucho sin ir más lejos me dio un susto de cojones. Había una bolsa de plástico en el suelo, dentro de ésta un cartón donde envuelven la carne (aunque no había comida, solo rastros, muy guarra la gente por cierto, ¿es que no hay papeleras o contenedores?), y la cogió. A ver quién tenía cojones de abrirle la boca. No, no mordía, pero tenía la mandíbula cerrada a cal y canto, no había Dios quién se la abriese

. Y para colmo, al intentar quitárselo lo único que conseguí es que se lo metiese más adentro. Lo tuve que poner boca abajo, agarrándolo por las patas traseras y del pellejo del cuello (que ya estamos era muy incómodo tener que soportar las miradas de la gente), así lo tuve sobre un minuto o un par, hasta que el muy cabrito soltó la dichosa bolsa de plástico. Y mira que al cogerlo del pellejo del cuello se lo estiré bien, para que al ponerlo boca abajo le costase respirar y escupiese la dichosa bolsa, pero aun así costó, puñetero cabezón. Y estas cosas jamás en la vida me lo ha hecho

. Y mucho menos con ese ansia.
Guro escribió:Se recomienda que se haga en dos tomas, separando lo cárnico de lo vegetal, por esa misma razón de digestión. No pasaría nada grave por mezclarlo, pero la digestión y la asimilación de los alimentos sería peor.
Aquí tengo una duda, en caso de que tuviesen que cazar para alimentarse, ¿no se comprende que cuando se comen la presa entra todo?