El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo (Konrad Lorenz).
Pidele a un perro que corra y será el mejor, pidele que busque y estará buscando todo el dia, pidele que caze y cazará siempre, pidele que sea un humano y no sabrá qué hacer.