Nos esperamos fuera del veterinario, en la calle, porque Nuk cuando ve un perro se pone a ladrar y entiendo que la gente se asuste, así que preferimos esperarnos en la calle hasta que nos llaman.
Bueno primero lo pesaron, 48,900kg que pesa el tío.
Cuando entremos en la consulta, Nuk ya estaba con la mosca detrás de la oreja, el tío se acuerda de una vez para otra y es ver a ese señor vestido de azul y entrarle todos los males del mundo. Le cambia hasta el carácter.
Primero el veterinario lo dejo que lo oliera, pero cuando quiso palparle la barriga Nuk empezó a gruñir y le tuvimos que poner el bozal, parecía que estaba poseido, nunca lo había visto así. El veterinario nos dijo: "Este no es el Nuk que conocéis ¿Verdad?". Nos dijo que era normal esa reacción, ya que le hacen cosas que no le gustan y se acuerda de una vez para otra.
Al ser tan grandote no lo suben a la mesa, le hace la revisión directamente en el suelo, la consulta parecía un show, la ayudante del veterinario tirada en el suelo para aguantar a Nuk, Jose sentado en el suelo aguantándole la cabeza para que no se moviera, el veterinario toqueteándole por todas partes, la barriga, el pelo, el pecho, la cabeza, los testículos..... Le puso el termómetro en el culo y eso a Nuk no le gustó nada de nada.
Primero lo tumbaron de un costado, el veterinario le cogió la pata trasera que quedaba arriba y empezó a intentar movérsela, Nuk que por sus cojon-s no quería que le movieran las patas, hacía fuerza y el veterinario no tenía huev-s a moverle la pata, sus palabras eran:
"Madre mía, que fuerza tiene este perro, esto es peor que ir al gimnasio"
Luego tocaba la otra pata, entre Jose, el veterinario y la ayudante no tenían huev-s de darle la vuelta al perro, entre lo que pesa y la fuerza que hacía Nuk para resistirse......
Por último le miró los oídos y le puso las dos vacunas.
Cuando acabó le quitemos el bozal y el veterinario le dio una galleta, no se la quiso comer, no sé porque pero nunca ninguno se quieren comer las galletas en el veterinario.
Se pasó toda la santa visita gruñendo, y estuvo todo el resto del día cabreado, le notabas que no estaba como siempre.
El resultado es:
- Tiene que perder un pelín de peso, según el veterinario uno o dos kilitos, dice que tampoco mucho porque es un Pastor Alemán muy grande y es normal que se pase del peso. Pero es que a raíz de una alergia a las pipetas le dieron medicación de cortisona y le entró muchisima hambre, por eso ha engordado un poquito.
- Dice que tiene muchísima musculatura y que está muy fuerte. Está hecho un toro.
- Y prueba superada con lo referente a la displasia, dice que está muy bien, que sigamos como hasta ahora con tandas de condroprotectores y no hace falta nada más.
Si no pasa nada, hasta el año que viene no tenemos que volver.
Es que cada vez que le toca revisión de displasia nos entran unos nervios sólo de pensar si estará peor. Nosotros día a día vemos que está bien, pero los nervios previos a la revisión no nos los quita nadie.
Por otro año:
¡¡PRUEBA SUPERADA!!
