Todas las especies animales manejan códigos de conducta que están determinados genéticamente y, por ltal motivo, van pasando de genración en generación, estableciendo así comportamientos que son propios y característicos de cada especie. Los caninos no escapan a esta regla y se podría decir que la mayoría de sus movimientos generados desde lo mas profundo de sus instintos, tienen sus origenes en antiquisimos mensajes grabados en sus genes. Para quienes tenemos contacto diario con animales, nos termina resultando predecible y hasta familiar la forma de actuar de éstos, no resultando así, muchas veces para quienes tienen un perro como componente del núcleo familiar y esperan de éste actitudes mas relacionadas con la conducta humana que con su natural conducta canina.
Quien no ha tenido un perro que alguna vez no se haya revolcado en con fruición sobre materia orgánica en descomposición, o sobre cualquier materia cuya caracteristica sobresaliente era el olor fuertemente desagradable? No existe dueño que ante tal sircunstancia no manifieste enojo y hasta sienta ganas de castigar a sus perros, ya que desde el punto de vista del ser humano es una práctica inapropiada y sin sentido.Visto desde el lugar del perro se puede encontrar cierta lógica, ya que su instinto de conservación le indica que esta actividad puede permitirle, al menos, algunos de los siguientes dos objetivos: uno de ellos es el de poder camuflar su propio olor ante la necesidad de pasar inadvertido en un territorio dominado por otros animales.Por supuesto que los caninos hoy en dia no se cruzan con tales peligros, pero si lo hacian y hacen en la actualidad los lobos y, como dijimos que estos actos se codifican geneticamente en ambos, podemos entender el por que de tal comportamiento.La otra teoria habla que al impregnarse con olores fuertes les permite imponerse frente a posibles contrincantes, ya que el idioma del olfato, como veremos mas adelante, resulta ser, con seguridad, la manera de comunicación mas importante.
RASTROS
Los cánidos, una vez alcanzada la madurez sexual, en la mayoria de los casos comunican sus intenciones a otros congéneres a través de señales odoriferas.Una de las motivaciones que más movilizan a los perros, generadas por los instintos de conservación y de reproducción, es la obtención de un territorio propio. El hecho de obtenerlo les confiere tranquilidad y seguridad en sí mismos.Para lograrlo,utilizan sus deposiciones, de las que emana un olor particular propio de cada animal.Los machos que van paseando, normalmente se acercan a los árboles, y al oler la orina de otros perros, se sienten impulsados a tapar el olor con su propia orina. Este impulso es tan fuerte que luego de l sexto o septimo árbol, se encuentran ya con la vejiga vacia, pero igual levantan la pata. Otro modo con el que cuentan para marcar territorio es el de las deposiciones sólidas.Resulta ser que si consideramos el orificio anal como un cuadrante de reloj, en los puntos que representan las cinco y las siete se encuentra, la desembocadura de dos glándulas, que, por estar a los lados de ano, se llaman paraanales.Estas segregan una sustancia que se impregna en la deposiciones y allí quedan. A esta segregación se la podría comparar con las huellas digitales de las personas.Esto hace, por un lado, que los perros tengan como costumbre, cuando se encuentran, olerse mutuamente la zona anal con la intención de reconocerse, y por el otro, que se se encuentren impulsados a oler las deposiciones de otros perros que puedan encontrar en el camino. Es común que un propietario piense que su perro aprende a pedir para salir a realizar las necesidades fuera de la casa desde el razonamiento, como si entendiera que eso es lo que el amo espera de él. Sin embargo, esta conducata está originada en dos motivaciones básicas por un lado, la casa es considerada paor ellos como una guarida en donde solo se come y se duerme (incluso los lobosmantienen esta conducta), por el otro, la intención de salir está motivada en la necesidad de tapar señales ajenas con los olores propios, para conseguir y conservar el territorio y aquietar la ansiedad de no tenerlo.Las señales odoríferas también cobran importancia en la preproducción, ya que durante el celo la hembra libera unas hormonas especiales llamadas feromonas, que tienen la propiedad de trasmitirse por el aire a distancias que pueden superar los 200 metros y que al llegar hasta el bulbo olfatorio de alguún macho genera en éste un estímulo en la corteza cerebral, despertando el instinto de reproducción.Como es lo único importante para él, trata de llegar a la fuente de tales hormonas.Este hecho explica el porqué muchos perros se vuelven inquietos y dejan de comer cuando una hembra en celo vive en las cercanías.Lo mismo puede pasar en una jornada de cacería, donde una hembra en celo puede, y seguramente lo hará, hacer perder la concentración a los machos que participan en el evento.Para estos casos, no muy frecuentes, ya que en invierno la secuencia de los celos es menor que en primavera-verano, donde existe veda de caza, conviene que las hembras en celo sean medicadas con anovulatorios, con indicación médica, para evitar los efectos desagradables de tal circunstancia.
Por último, y para marcar una diferencia más con respecto al humano nos referiremos a los gustos alimentarios. La humanización de los canes por parte de muchos propietarios los lleva a pensar que no estsá bien que los perros coman carne cruda porque nosotros no lo hacemos.Sin embargo, miles de años de historia echan por tierra esta creencia.Es cierto que a través de la carne cruda pueden incorporar en su intestino algún tipo de parásito, pero no es menos cierto que con una desparasitación regular éstos desaparecen. Para los carnívoros puros la carne cruda resulta más nutritiva que la cocida, ya que el calor de la cocción destruye algunos de sus componentes.
La sobrealimentación despierta en los perros la intención de enterrar el exceso aportado, sobre todo huesos con carne, de ser posible, bajo tierra.Esto hace que el alimento sufra una primera digestión producida por bacterias anaeróbicas, que cambian las cualidades gustativas originales, las que resultarían inaceptables para cualquier persona, sin embargo, para nuestros canes muchas veces resulta aún más gustosa que antes de ser enterrada.
Nuestra intención con todos estos datos es la de trasmitir la importancia de tratar y entender a nuestros perros como tales, comprender el porque de muchas de sus actitudes y fomentar el acercamiento con sus dueños
